Los mercados madrileños: los grandes supervivientes de la historia de la capital

No son pocas las generaciones de madrileños que han paseado entre sus puestos. Tampoco lo son todos aquellos que han disfrutado de sus excelentes productos. Hoy rescatamos la historia de los míticos mercados madrileños.

El Mercado de Tirso de Molina, el de Antón Martín, el de los Monteses, el Maravillas, el de la Cebada, el de San Miguel… la lista de mercados madrileños es infinita, igual que toda la historia que guardan sus comerciantes.

LA IMPORTANCIA DE LOS MERCADOS MADRILEÑOS

Los mercados madrileños han sido un lugar de encuentro para muchas generaciones. En su origen, eran unas instituciones totalmente estratégicas. Hay que recordar que Madrid estaba rodeada por una muralla y que la única manera de abastecer a todos los vecinos de la villa era importar los productos desde fuera de ella.

Los comerciantes venían a Madrid en carro desde todas las partes de España. También eran el modo de vida de todas las localidades que se encontraban cerca de la capital, como Aranjuez o las famosas huertas de Leganés.

los comerciantes venían a madrid en carro desde todas las partes de españa

En seguida se empezaron a instalar en la villa pequeños mercados improvisados al aire libre. Uno de los más famosos era el de la plaza de San Salvador, lo que hoy es la importante Plaza de la Villa.

Otro de los míticos era el de la plaza del Arrabal. Con el tiempo este lugar se convertiría en la Plaza Mayor. Era curioso porque los puestos se instalaron aquí al estar fuera de la muralla de Madrid, de esta manera se evitaban tener que pagar impuestos.

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Mercado de la Cebada, en La Latina

En la Red de San Luis, actual Gran Vía, también había uno muy famoso. Aquí se encontraba el conocido ‘mercado de las redes’. Este lugar era el preferido por los madrileños para comprar pan, el cual provenía de Vallecas en su mayoría. Para que nadie los robara, cubrían con redes las hogazas de pan. De ahí vendría esta curiosa denominación.

EL MERCADO DE LOS MOSTESES, UN VIAJE A LATINOAMERICA Y CHINA

El Mercado de los Mosteses se encuentra muy cerca de la Gran Vía. Sin embargo, el que hoy podemos visitar no es el original. El primero se construyó en 1845, el de ahora es una reconstrucción de 1946.

El mercado original se construye en el siglo XIX en un plan de mercados que incluía otros tan míticos como el Mercado de la Cebada de La Latina. La construcción del tercer tramo de la Gran Vía hirió de muerte este lugar hasta el punto de tener que derribarlo.

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Antiguo Mercado de los Mostenses

Sin embargo, la posguerra lo recuperó. Una reconstrucción racionalista de este emblemático lugar devolvió el Mercado de los Mostenses a los madrileños.

La cercanía de este mercado madrileño de la Estación del Norte, hoy Príncipe Pío, lo convirtió en un lugar muy especial. Este era el lugar al que acudían los madrileños para comprar el pescado más fresco traído en tren desde Galicia y Cantabria.

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Mercado de los Mostenses

Hoy alberga un total de 110 puestos. En el siglo XXI, este mercado dejó atrás el pescado para especializarse en gastronomías latinoamericanas y asiáticas. Entre sus puestos se encuentra uno de los pocos lugares de la capital donde poder degustar comida Chifa, la cual es una mezcla de ambas.

UN MERCADO QUE NACIÓ DE LAS CENIZAS

El Mercado de Maravillas es uno de los más míticos del barrio de Cuatro Caminos. Este fue concebido como uno de los mercados más grandes de todo Madrid.

El barrio de Bravo Murillo fue diseñado como el ensanche industrial de la capital. Aquí se agrupaban distintas fábricas entre las que se encontraba una llamada ‘La Maravillas’ dedicada a crear papel satinados. De ahí tomaría su nombre.

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Incendio de los conventos de 1931

En el lugar que hoy ocupa este mercado se encontraba el Colegio Nuestra Señora de Maravillas. La quema de conventos que se inició con la llegada de la II República en 1931 acabaría por hacer arder este lugar. Sobre sus cenizas se instaló este famoso mercado.

La recién inaugurada línea 1 del Metro de Madrid acercaba a muchos madrileños a comprar a este mercado que enseguida comenzó a crecer y crecer. Sin embargo, la Guerra Civil lo convertiría provisionalmente en el lugar donde los contrabandistas realizaban sus intercambios.

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mercado de Maravillas

De estilo racionalista, el Mercado de Maravillas se acabaría inaugurando de manera definitiva en el año 1942. De estilo racionalista, este lugar no dejó de aumentar su superficie comercial hasta el año 1984. En la actualidad cuenta con más de 250 puestos, manteniendo el estatus de gigante en la capital.

EL DESCONOCIDO MERCADO DE TIRSO DE MOLINA

El Mercado de Tirso de Molina en el barrio de Puerta del Ángel es uno de los más desconocidos por los vecinos de Madrid. A pesar de estar más allá del Manzanares, es uno de los más auténticos y antiguos de la capital.

Este mercado se construyó en 1931 dentro de un plan de la II República que tenía como objetivo dotar de mercados a cada barrio de Madrid. Es por eso que mantiene en su puerta parte de la iconografía republicana original.

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Mercado de Tirso de Molina

El nombre es engañoso, pues cualquiera pensaría que se encuentra en la céntrica plaza madrileña. Lo cierto es que la plaza de Tirso de Molina original se encontraba en Puerta del Ángel. La que hoy es conocida como tal, se llamaba plaza del Progreso. Con la victoria de las tropas nacionales, se cambió el nombre, pero el del mercado se mantuvo.

De estilo mudéjar, este mercado fue diseñado por Luis Bellido. Este fue el autor de otro edificio muy simular: el Matadero. Durante la Guerra Civil estaba tan cerca del frente que aún hoy podemos encontrar en su fachada varias cicatrices de metralla.

LA RESILENCIA DE LOS MERCADOS MADRILEÑOS

Los mercados de Madrid fueron parte esencial de la vida cotidiana de los madrileños. Estos lugares funcionaban como grandes foros donde los vecinos se encontraban para hablar y conocer las últimas novedades del barrio. De alguna manera, estos eran el centro de la vida de la capital.

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Durante siglos fue así. La llegada de las grandes superficies a España hizo que estos entraran en una espiral de debacle que acabaría con la vida de muchos de ellos.

Sin embargo, muchos de estos mercados consiguieron reinventarse y sobrevivir. Lo que fueron protagonistas de la vida madrileña se convirtieron en importantes centros gastronómicos donde la calidad del producto toma un papel primordial.

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Ahora, algunos de los míticos puestos de abastos conviven con minimalistas restaurantes que ofrecen arriesgadas propuestas gastronómicas a los nuevos visitantes de los mercados. Adaptarse o morir ha sido el lema de los mercados madrileños en las últimas décadas.

LA REAPERTURA DEL MÍTICO MERCADO DE SAN MIGUEL

El Mercado de la Cebada y el Mercado de San Miguel son quizás dos de los grandes gigantes conocidos de Madrid. Supervivientes de un tiempo en el que ir a comprar con el carrito era el día a día de los madrileños, en estos meses han tenido que hacer frente a un nuevo reto: la pandemia.

En octubre del pasado año, las puertas del Mercado de San Miguel echaron el cierre temporalmente por las restricciones. “Dado que nuestra máxima siempre es velar por la seguridad de nuestros empleados y clientes permaneceremos cerrados hasta nuevo aviso”, decía un cartel en su mítica cristalera.

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Mercado de San Miguel

Sin embargo, la vida tal y como la conocíamos poco a poco vuelve a la capital. Por este motivo, el Mercado de San Miguel ha anunciado que reabrirá el 2 de julio tras casi nueve meses de cierre temporal.

Si hay que definir a los mercados madrileños con una sola palabra, esa sería: supervivientes. Perder el legado que nos han dejado es perder parte de una historia que ha vivido, comprado y disfrutado de sus puestos durante generaciones.