En pleno corazón de Madrid, un último resquicio de tradición sobrevive a las grandes superficies. Este no es otro que el colosal Mercado de San Miguel.
Construido con hierro, este mercado es el único que se conserva en la capital de todos estos mercados cubiertos que se construyeron en el siglo XIX. Conoce su historia y el qué había en Madrid antes de que José Bonaparte decidiera cambiar todo el centro de la capital.
LA ANTIGUA IGLESIA DE SAN MIGUEL
Madrid era muy distinta antes de la llegada de estem ercado. El centro de la vieja villa se refugiaba entre los muros de la antigua muralla árabe que recorría toda la ciudad.
En el lugar que ocupa hoy este singular punto de encuentro, antes se encontraba la Iglesia de San Miguel de los Octoes. De hecho, el nombre de este edificio viene de este viejo templo.
Esta iglesia era una de las más antiguas de Madrid. Se encontraba adosada a la misma muralla, muy cerca de las Puertas de Guadalajara y de la Puerta Cerrada.
Cuando se tiró la muralla, ya se empezó a pensar en la idea de que esta iglesia debía desaparecer para poder ampliar Madrid. De hecho, fue uno de los edificios más afectados por el incendio de la Plaza Mayor de 1790.
José bonaparte: ‘el rey plazuelas’
Sería José Bonaparte quien acabaría con la Iglesia de San Miguel. El rey francés quería hacer de Madrid una capital más amplia, al estilo de París. Por este motivo, se dedicó a abrir grandes plazas que le valieron el apelativo de “rey plazuelas”. Esta fue una de ellas.
LOS MERCADOS AL AIRE LIBRE
Una vez abierto el espacio, en este lugar se comenzó a instalar de manera espontánea un mercado callejero. Los comerciantes llegados de todas partes venían a Madrid a vender sus productos.
el mercado de san miguel estaba especializado en pescados
En 1809, el Mercado de San Miguel estaba al aire libre y estaba especializado en pescados. Sin embargo, las condiciones en las que se encontraba el género no eran las mejores.
En el siglo XIX una corriente higienista llegó a la capital. Los expertos se empezaron a dar cuenta de que las malas condiciones de los mercados estaban relacionadas directamente con las enfermedades más comunes del momento.
A partir de aquí, en Madrid se comenzaron a construir mercados cubiertos, sobre todo en la década de 1870. Los Mostenses, La Paz, la Cebada, el Mercado de San Miguel son ejemplos de ellos.
EL MERCADO DE SAN MIGUEL, UN LUGAR ÚNICO EN MADRID
El Mercado de San Miguel se cubre y se inaugura en el 13 de mayo de 1916. Sin embargo, solo se le pone techo. La cristalera es bastante posterior.
Este mercado se construye con una arquitectura que lo hace único. El Mercado de San Miguel es el único edifico de Madrid que está construido integro con hierro.
Además de ello, también es el único que se conserva en la capital de todos aquellos que se construyeron en el siglo XIX. El resto, como el de La Cebada, se demolieron para ser reconstruidos con el tiempo.
En 1999 el Ayuntamiento de Madrid decide realizar una gran reforma para devolverle todo el esplendor de la época en la que las verduleras vocifeaban sus precios en las calles de la capital.
UNO DE LOS MERCADOS DE GASTRONOMÍA MÁS IMPORTANTES DEL MUNDO
A pesar de ello, este tipo de mercados no puede competir con las grandes superficies de venta. Por este motivo, el Mercado de San Miguel se reconvirtió en un lugar de encuentro donde poder tomar un aperitivo.
En la actualidad, este edificio histórico es uno de los principales mercados gastronómicos del mundo, ya que permite a sus visitantes hacer un recorrido por la esencia y los sabores de cada uno de los rincones de España.
Desde el mejor jamón ibérico o el marisco más fresco llegado diariamente de Galicia, hasta los arroces mediterráneos o los quesos más especiales de Castilla, Asturias o País Vasco.
En el Mercado de San Miguel encontrarás lo más destacado de la gastronomía española a lo largo de más de 20 puestos que tienen en común su compromiso por el tapeo de calidad.
Debido a la situación sanitaria, el Mercado de San Miguel tuvo que cerrar sus puertas temporalmente en octubre. Esperamos que pronto podamos volver a disfrutar de la gastronomía en uno de los grandes símbolos de Madrid.