Desde el pasado 1 de enero, la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Madrid ha extendido sus límites más allá de la M-30, cubriendo ahora la totalidad del término municipal. Esta ampliación trae consigo nuevas restricciones de acceso y circulación para vehículos más contaminantes, afectando particularmente a aquellos que no están empadronados en Madrid antes del 1 de enero de 2022 o que no cumplen con el pago del Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM).
La restricción de la ZBE se enfoca específicamente en los coches con clasificación ambiental A. Esto incluye vehículos diésel matriculados antes de 2006 o gasolina anteriores a 2000, en las categorías de uso 00 (sin especificar), 02 (familiar) y 33 (todoterreno). Sin embargo, se excluyen de estas restricciones los vehículos de mercancías y las motocicletas sin etiqueta ambiental.
La implementación de esta medida busca abordar la alta contaminación atmosférica en la ciudad y promover un entorno más sostenible. No obstante, las nuevas restricciones también generan preocupación y debate entre los ciudadanos, particularmente aquellos que se verán afectados directamente por la prohibición de acceso.
PERIODO DE AVISO Y MULTAS: NUEVAS NORMATIVAS
La expansión de la ZBE más allá de la M-30 entró en vigor el 1 de enero de 2024. Sin embargo, se ha establecido un periodo de aviso hasta el 30 de junio para permitir que los conductores se adapten a las nuevas normativas. Durante este tiempo, los conductores que incumplan las restricciones recibirán advertencias en lugar de multas, según lo estipulado en la Ordenanza de Movilidad Sostenible (OMS) en su artículo 242.
La restricción de la ZBE se enfoca específicamente en los coches con clasificación ambiental A. Esto incluye vehículos diésel matriculados antes de 2006 o gasolina anteriores a 2000, en las categorías de uso 00 (sin especificar), 02 (familiar) y 33 (todoterreno).
Es crucial destacar que este periodo de aviso es una oportunidad para concienciar a los conductores sobre las nuevas regulaciones y permitir que realicen los ajustes necesarios en sus hábitos de movilidad. A partir del 15 de enero, las cámaras que supervisan la M-30 y su entorno comenzarán a sancionar a aquellos vehículos que incumplan las restricciones, marcando el fin del periodo de aviso para esta zona en particular.
El cumplimiento de las normas de restricción circulatoria será llevado a cabo por 464 cámaras de vigilancia, financiadas por la Unión Europea a través de los fondos Next Generation EU. Estos dispositivos, en su mayoría ya operativos dentro de la M-30, se complementarán con 207 cámaras adicionales para controlar el exterior de la M-30.
IMPACTO Y RESULTADOS DE LA ZBE EN MADRID
La ZBE fue implementada en enero de 2022 como parte de la Estrategia de Sostenibilidad Madrid 360, con el objetivo de mejorar la calidad del aire en la ciudad. Según datos proporcionados por el Ayuntamiento de Madrid, esta iniciativa ha tenido un impacto significativo en la reducción de emisiones y ha contribuido al cumplimiento de la directiva europea de calidad del aire en 2022.
Hasta ahora, la ZBE ha logrado reducir la presencia de vehículos sin distintivo ambiental en el interior de la M-30, representando tan solo el 2,3% del tráfico total en la ciudad. Se estima que con la expansión de la ZBE, se sancionarán alrededor de 2,700 vehículos diariamente durante el periodo de aviso. No obstante, se espera que esta cifra disminuya con el tiempo, siguiendo la tendencia observada en otras Zonas de Bajas Emisiones.
MULTAS Y CONSECUENCIAS PARA LOS INFRACTORES
Aquellos titulares de vehículos que infrinjan las normativas de la ZBE fuera de la M-30 durante el periodo de aviso recibirán comunicaciones informativas. Sin embargo, a partir del 15 de enero, las sanciones se aplicarán de manera efectiva. El acceso no permitido a la ZBE se considera una infracción grave de tráfico desde el 21 de marzo de 2022, conllevando una multa de 200 euros, que se reduce a 100 euros en caso de pronto pago, según lo establecido en los artículos 18, 76.z3 y 80.1.
Este nuevo escenario plantea desafíos para los ciudadanos y la administración municipal. La concienciación sobre las restricciones, la adaptación a nuevas formas de movilidad sostenible y la evaluación constante de los resultados serán fundamentales para el éxito a largo plazo de estas medidas. A medida que Madrid avanza hacia una ciudad más sostenible, la colaboración y la comprensión entre la comunidad y las autoridades serán esenciales para superar los desafíos y construir un entorno más saludable y habitable para todos.
