Mercedes González promete más policías en Lavapiés, pero para la campaña electoral

La delegada de Gobierno de Madrid, Mercedes González, hace semanas que aseguró que tenía controlada la situación de violencia y drogas en el barrio de Lavapiés. Ahora junto con el Ayuntamiento de Madrid, intentan calmar las quejas de los vecinos sin haber hecho nada al respecto. Aprovecha esta situación de cara a las elecciones autonómicas de 2023.

Hace meses que los casos de tráfico de drogas y violencia son persistentes en el barrio madrileño de Lavapiés. Todos los políticos que rodean el eje de Sol han comentado la situación, pero ninguno ha expuesto soluciones para los vecinos, que llevan quejándose aproximadamente un año.

Ahora, que cada vez se ve más cerca el mes de mayo, la delegada de Gobierno, Mercedes González, se sube al barco del alcalde de la Comunidad de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Ambos se han reunido en una mesa de colaboración con los vecinos y asociaciones del barrio, ante el aumento de las cifras negativas sobre infracciones penales.

La Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital, las dos principales instituciones del PP, llevan meses culpando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de todos los males patrios. Incluso de los municipales y autonómicos.

Esta vez no podía ser menos. Las instituciones han aprovechado la situación insostenible de Lavapiés para arremeter contra la gestión del Ejecutivo. Parece ser que se han olvidado que el barrio lleva con esta situación aproximadamente un año y ni Almeida ni Ayuso han propuesto soluciones factibles. Tampoco la delegada de Gobierno, Mercedes González, que pensó que aumentando el número de policías en las calles solucionaría el gran problema que sufre el barrio.

LA BOMBA DE HUMO DE MERCEDES GONZÁLEZ

No es la primera vez que Mercedes González intenta sacarse de encima el problema que conlleva gestionar la criminalidad en Lavapiés. La delegada de Gobierno pensó que había triunfado con el desalojo de La Quimera, uno de los mayores edificios ocupados de la capital. Allí vivían 70 personas entre la queja de numerosas asociaciones vecinales.

Mercedes González aprovechó esta intervención e incrementó la presencia policial en las calles del barrio. Todos los focos se centralizaron en Lavapiés ante las quejas de los vecinos en las televisiones y diarios. Sin embargo, estas apelaciones venían de hacía mucho tiempo. González decidió ignorarlas pensando que ya había hecho lo correcto, a pesar de que denunciaban un proceso de degradación constante del barrio.

Ahora y con la ayuda del alcalde madrileño, González se vuelve a acercar a las asociaciones del barrio para intentar hacer creer que ha propuesto soluciones factibles. Incluso, para mantenerse en la cúpula de Sol. Un hecho que está provocando que la delegada de Gobierno se aferre a su puesto ante el peligro de posibles salidas en el eje de Gobierno.

Con este pretexto, se ha presentado ante los vecinos de Lavapiés haciéndoles creer que ahora sí va a haber soluciones. Quizás volverá a aumentar el número de efectivos policiales en el barrio. Es una incógnita que esconde lo que realmente González conoce: que uno de los problemas principales es el encarecimiento de la vivienda.

ALMEIDA Y AYUSO MIRAN HACIA OTRO LADO

Está claro que el problema de Lavapiés es una degradación constante que cada día está más presente en el barrio. Mercedes González ha intentado erradicar la delincuencia mediante planes policiales. Sin embargo, se quedan fuera una parte importante de servicios sociales a la que ellos no pueden llegar.

Además de la proliferación de narcopisos, un problema presente en el barrio es el encarecimiento de la vivienda. Isabel Díaz Ayuso conoce estos datos, que se suman a la cifra total de las viviendas con “precio de oro” en los barrios de Madrid. Sin embargo, ni Mercedes González, ni el alcalde madrileño, ni la presidenta han puesto encima de la mesa esta problemática. Quizás no pueden aprovecharse de estos datos para aupar su permanencia en Sol.

En Lavapiés hay un problema real de vivienda de uso turístico que Almeida y Ayuso continúan ignorando. Incluso la delegada de Gobierno, ya que se limita exclusivamente a hacer “borrón y cuenta nueva” ante los vecinos de Lavapiés. Sin embargo, estos últimos no olvidan y sus decisiones pueden ser claves de cara a las elecciones de 2023. Ahora está en manos de Mercedes González y Almeida: seguir culpando a Sánchez de errores ajenos o responsabilizarse de los problemas que de verdad involucran a los madrileños.