La ”estación fantasma” de Chamberí reabre sus puertas al público: así es su peculiar historia

La Comunidad de Madrid ha reabierto al público la antigua estación de Chamberí tras realizar una serie de obras realizadas durante el mes de agosto para asegurar su conservación. Los trabajos se han centrado en zonas puntuales donde las filtraciones de agua pluvial han producido alteraciones en los materiales compositivos.

De este modo, una de las estaciones del suburbano madrileño más importante ha vuelto a abrir sus puertas para que los visitantes puedan conocer su historia. El paso de los años ha acabado haciendo mella en esta particular estación, por lo que las filtraciones de agua y la oxidación de los materiales que se encuentran en la misma se han convertido en problemas cotidianos en la mencionada estación de Chamberí.

Es por este motivo que las autoridades madrileñas han tenido que llevar a cabo “la corrección del deterioro de los azulejos de algunos de los paneles publicitarios que se encuentran en los andenes de la estación, en concreto, los de los anuncios de la marca Philips, Agua de Carabaña y Trust Joyero. Por otro lado, se ha repintado la pasarela y los accesos a andenes, y eliminado la oxidación de los elementos metálicos de las antiguas taquillas”, según detallan desde un comunicado oficial de la Comunidad de Madrid.

Una serie de reformas que no son nuevas en esta ”fantasmagórica” estación. Y es que, entre los años 2006 y 2008 se llevó a cabo una restauración integral de la misma, tras más de 40 años de cierre, y se acondicionó para convertirse en el actual museo. Además, en 2017 y 2020 se realizaron nuevos trabajos.

Todas estas obras se han ido llevando a cabo con el objetivo de mantener en buen estado una estación del Metro de Madrid que, a pesar de que ya no cumple su función inicial, forma parte de la historia del subterráneo madrileño. Su origen se remonta a la primera línea de Metro inaugurada en Madrid en 1919, dentro del tramo Cuatro Caminos-Sol.

Desde 1919 prestó su servicio entre las paradas de Iglesia y Bilbao, hasta que, en 1966, se decidió su cierre debido a que al prolongarse tanto la estación de Bilbao hacia el norte y la de Iglesia hacia el sur, estas quedaron excesivamente próximas a la de Chamberí, situada entre ambas.

CÓMO VISITAR LA ESTACIÓN DE CHAMBERÍ

Sin embargo, esta antigua estación siguió cumpliendo otras funciones. Durante la Guerra Civil sirvió como almacén y refugio de un gran número de madrileños, todo a pesar de que los accesos exteriores fueron tapiados. Por este motivo, tan solo se puede acceder a ella a través de las estaciones de Metro más próximas, Bilbao e Iglesias.

Con el paso de los años la estación de Chamberí fue olvidada por los madrileños, aunque las leyendas y las historias de fantasmas comenzaron a ceñirse sobre ella. Mojas, curas, niñas asesinadas…esta parada del Metro ha acumulado un gran número de leyendas de fantasmas que la han convertido en todo un reclamo turístico para los amantes del mundo paranormal.

Por este motivo, en la actualidad, la estación de Chamberí puede visitarse como si de un museo se tratase. Para ello, se debe reservar una entrada gratuita a través de la web museosmetromadrid.es. De este modo, se puede vivir en primera persona un viaje en el tiempo sin tener que moverse de la capital.

Y es que, la estación ”fantasma” de Chamberí es para muchos madrileños una cápsula del tiempo en la que teletransportarse con bajar unos solos escalones a las décadas de los 50 y 60. Así pues, tal y como afirman desde la web oficial de la Comunidad de Madrid, ”durante los seis primeros meses del año ha recibido más de 20.000 visitas, lo que le convierte en el recinto histórico más concurrido del suburbano madrileño”.