Las flechas del amor que acabaron en el suelo de la Gran Vía

Madrid nunca deja de sorprender. La calle más popular de la ciudad guarda secretos desconocidos para quien la recorre. Sus ostentosos edificios y sus elegantes balcones nublan la visión de los pequeños detalles ocultos bajo sus pies. Así es el caso de las flechas talladas en el suelo frente al edificio que ocupa el número 32 en la calle Gran Vía.

Camufladas con el color gris de la superficie, las misteriosas flechas son pisadas a diario por cientos de turistas y madrileños que no se percatan de estar sobre una de las curiosidades más sorprendentes de la capital, a pesar de que cada una de ellas mide un metro de longitud. Tanto la forma en la que están orientadas como la posición que ostentan tienen una explicación que podemos ver si alzamos la vista al cielo de los edificios de la calle.

La respuesta al origen de dichas flechas podemos encontrarla en lo alto del edificio número 31 de Gran Vía. A lo lejos, coronando el tejado de un grandioso inmueble, se encuentra la figura de Diana la Cazadora, una poderosa escultura que representa a la figura mitológica apuntando con un arco en una figura elegante e inusual, de una altura de cinco metros y casi 900 kilos de peso. La historia de las flechas está directamente relacionada con Diana, pues es ésta la que lanza sus flechas con tal mala suerte que no alcanzaron su objetivo y acaban cayendo al suelo.

Al parecer, su blanco deseado se puede hallar en el otro lado de la acera, en el número 32 de la misma calle. Allí, se puede ver otra escultura que corresponde de igual modo a otro figura de las leyendas mitológicas. Se trata de la figura del Ave Fénix, que lleva en su lomo a Endimión, un joven pastor al que Diana visitaba todas las noches tras bajar de la Luna.

La historia detrás de ambas esculturas se encuentra en una historia de amor que tenía como protagonista a la joven Diana. Natividad Sánchez Fernández fue la arquitecta encargada por el hotel Hyatt para realizar la figura de la mujer en el cielo de Madrid. Ésta, diseñó a la diosa pensando en el romance entre Diana y Endimión, un pastor mortal del que se enamoró.

EL ORIGEN DE LAS FLECHAS

La diosa, cegada por su amor hacia el mero mortal, se arriesgaba cada noche a bajar al mundo de los vivos para encontrarse con su amado, con la mala suerte de que en una de estas escapadas Zeus, su padre, la descubrió. El todopoderosos dios de los dioses no quería permitir que su hija estuviese con un simple pastor, por lo que mandó al Ave Fénix que secuestrase a Endimión y lo llevase lejos de su hija. La joven diosa, llena de ira, quiso atacar a la cabeza turca, aunque por lo que podemos ver en el suelo de la Gran Vía fracasó en su objetivo.

“LA DIOSA, CEGADA POR SU AMOR HACIA EL MERO MORTAL, SE ARRIESGABA CADA NOCHE A BAJAR AL MUNDO DE LOS VIVIOS PARA ENCONTRARSE CON SU AMADO, CON LA MALA SUERTE DE QUE EN UNA DE ESTAS ESCAPADAS ZEUS, SU PADRE, LA DESCUBRIÓ”

Esta historia entre dos edificios madrileños se encuentra a la vista de todos a pesar de que muchos desconocen el origen de las flechas. La Diana Cazadora subió a lo alto de la Gran Vía hace más de cinco años manteniéndose hasta la actualidad en su posición y sobreviviendo al paso del tiempo desde lo alto del famoso hotel, observando desde lejos sus pérdida flechas que confluyen a diario entre el gentío de Madrid.