Real Compañía Asturiana de Minas: el escenario de un atroz crimen tras la fachada de un majestuoso edificio

Al más puro estilo francés, un imponente edificio en la calle Bailén atrae la mirada de todos los curiosos que callejean por el barrio de Palacio. Se trata de un majestuoso inmueble del siglo XIX edificado por el arquitecto Manuel Martínez Ángel para albergar la sede de la compañía belga Real Compañía Asturiana de Minas. En sus comienzos, la construcción fue una empresa minera y metalúrgica muy importante en la ciudad.

Dedicada a la explotación de yacimientos de hulla cerca de la localidad de Avilés, la Real Compañía Asturiana de Minas del Carbón tenía su mayor capital de origen belga, aunque la compañía era de origen español. Con el paso del tiempo y la necesidad de financiación pasó a ser de capital principalmente belga y llegó a tener instalaciones en distintas ciudades de Europa y del norte de África.

El ladrillo y la piedra se combinan perfectamente en una fachada que da tanto a la Plaza de España como al primer edificio de la calle Bailén. Según cuentan, su cubierta contenía la mayor cantidad de zinc en un solo edificio de toda Europa, por lo que no pasaba desapercibido entre turistas y madrileños.

Una planta baja y cuatro plantas superiores, contando con las buhardillas de techo de pizarra, hacen de este histórico edificio un misterioso lugar que destaca por sus magníficas vidrieras clasicistas en la parte de las escaleras y del portal. Sin embargo, aunque desde fuera pueda parecer una construcción sin más importancia que el resto de edificios de la ciudad, no es así.

UN ASESINATO A SANGRE FRÍA

Tras su esbelta escultura se esconde un atroz crimen que pasó a la historia por su brutalidad y extrañez. Dicho asesinato se encuentra relacionado directamente con su arquitecto, Manuel Martínez Ángel. Éste experto en la construcción fue el director de la compañía y también profesor de la Escuela de Arquitectura y decano del Colegio Oficial de Arquitectos.

Una mañana del mes de octubre del año 1933, uno de los jóvenes alumnos del arquitecto asesinó a sangre fría al profesor Martínez en la puerta del edificio. El motivo por el que el aprendiz había quitado la vida al constructor era el suspenso de una de las pruebas realizadas. Desde aquel momento, la Real Compañía Asturiana de Minas quedó marcada para siempre manchando su buena imagen como emblemático edificio madrileño.

“UNA MAÑANA DEL MES DE OCTUBRE DEL AÑO 1933, UNO DE LOS JÓVENES ALUMNOS DEL ARQUITECTO ASESINÓ A SANGRE FRÍA AL PROFESOR MARTÍNEZ EN LA PUERTA DEL EDIFICIO”

Durante la segunda mitad del siglo XX la empresa fue cesando su actividad y dejando de dar uso a la sede. En su fachada destacan los torreones con bóveda de casco, siendo el de la puerta principal el más decorado y elegante. La belleza del edificio llamó la atención a uno de los críticos de arte más importantes del país, Elías Tormo, quien lo compró y vivió en él durante años.

La Mutua Madrileña compró el edificio que años más tarde fue declarado Bien de Interés Cultural. A pesar de ello, en la actualidad no tiene ningún uso conocido aunque se permite alquilar para llevar a cabo celebraciones en su interior, como las exposiciones de Casa Decor en 2012 o los Guerreros del Xian en 2013. Su céntrica ubicación con vistas a las mejores plazas del centro de Madrid brindan a este espléndido edificio un futuro prometedor en el que quizás se le de un nuevo uso y se aprovechen sus instalaciones olvidando el crimen que precede a su fama.