El Palacio de Villahermosa: un lujoso edificio que alberga las obras de la familia Thyssen

Situado en la esquina del Paseo del Prado con la Carrera de San Jerónimo encontramos un palacio del siglo XVIII. Se trata del Palacio de Villahermosa, una antigua mansión de los duques Villahermosa que dan nombre al majestuoso edificio. En la actualidad, esta construcción alberga el conocido Museo Thyssen-Bornemisza.

Su historia se remonta al siglo XVIII, concretamente al año 1771, en el cual el duque de Villahermosa adquirió este emblemático palacio madrileño. Antes de que cayese en manos de los duques, el palacio era una casona barroca hasta que años más tarde se le dio un nuevo aspecto de estilo neoclásico.

Anterior al duque de Villahermosa residía en el palacio la duquesa de Atri, la cual se casó en secreto con Alessandro Pico della Mirándola. El motivo por el que el palacio se situó en el Paseo del Prado no era para nada causal. Durante esa época, los reyes decidieron construir el Palacio del Buen Retiro, por lo que el resto de la nobleza imitó dicho comportamiento y empezaron a edificar en esta famosa zona de la capital.

El aspecto que conserva en la actualidad llama la atención a simple vista: una fachada de granito y ladrillo, y tres plantas conforman el Palacio de Villahermosa. El arquitecto Antonio López Aguado fue el encargado de llevar a cabo tal edificio, actuando por encargo de María Manuela Pignatelli y Gonzaga, viuda del XI duque de Villahermosa, Juan Pablo de Aragón-Azlor.

El Palacio de Villahermosa acabó siendo todo un referente en el Madrid de la época, siendo un lugar de fiestas y eventos de alto prestigio en la capital. Aristócratas, altos cargos e incluso músicos de renombre como Franz Liszt acudían al palacio, puesto que era una de las residencias más ilustres de la ciudad.

Sin embargo, en el siglo XX el palacio fue adquirido por la Banca Lopez-Quesada que reformó por completo sus opulentas salas transformándolas en oficinas de la mano del arquitecto Moreno Barberá. Únicamente se dejaron los muros perimetrales y se añadieron tres plantas de sótanos.

DE SER UNA RESIDENCIA A FORMAR PARTE DEL BANCO DE ESPAÑA

Al poco tiempo de llevar a cabo dichas reformas, el Banco Lopez-Quesada quebró y el Palacio de Villahermosa pasó a formar parte del Banco Estatal Español durante cuatro años y posteriormente del Museo del Prado. Pero este nuevo uso del palacio duró poco tiempo, pues unos años después la familia Thyssen propuso al Gobierno que cediera el edificio para poder exhibir allí su colección privada.

La propuesta tuvo éxito y el varón Thyssen llevó allí sus 700 obras procedentes de su mansión de Lugano. La rehabilitación del palacio, está vez en forma de museo, fue llevada a cabo por Rafael Moneo, quien lo terminó en el año 1992.

La entrada orientada a la Carrera de San Jerónimo esta enmarcada por un pórtico dórico y actualmente se encuentra cerrada, ya que no es su entrada principal. El motivo por el que la fachada principal del Palacio de Villahermosa es realmente la que da a los jardines se debe a que enfrente de la parte que da a Carrera de San Jerónimo se encuentra el palacio de los Duques de Medinaceli.

La familia Medinaceli tenía un papel más importante que los Villahermosa dentro de la nobleza de la época, por lo que tenía el privilegio de lucir la fachada de su edificio sin tener ninguna otra alrededor. Actualmente el palacio acoge más de 800 obras y se complementa con los conocidos Museo Reina Sofía y Museo del Prado, formando el Triángulo del Arte.

Cientos de años y cientos de historias han pasado por el fastuoso Palacio de Villahermosa, siendo en sus inicios hogar de distintas familias de renombre. Con el paso del tiempo, el edificio ha sufrido varias remodelaciones y ha albergado diferentes funciones siendo actualmente uno de los museos más importantes de la capital.