Duque de Pastrana: una de las joyas ocultas de Chamartín

Escondido en el barrio de Chamartín, uno de los edificios decimonónicos mejor conservados de la capital espera a ser descubierto. El Palacio de los Duques de Pastrana es uno de los monumentos madrileños más desconocidos.

Lo más curioso de su historia es que, a pesar de su nombre, jamás fue la residencia de los Duques de Pastrana. Viajemos al tiempo en el que Chamartín de la Rosa era un pueblo independiente de la capital.

CHAMARTÍN DE LA ROSA, UNA CIUDAD INDEPENDIENTE

Chamartín es hoy uno de los barrios más importantes de la capital. Muchos no saben que no hace muchos años era una villa y municipio independiente al norte de Madrid. Chamartín de la Rosa era su nombre.

El origen de su nombre es incierto. Muchos historiadores dicen que vienen del francés ‘Chez Martín’, que alude a una supuesta fonda que era regentada por un extranjero del país galo. La otra versión dice que su nombre viene de pedirle vino al dueño de este local. De ‘¡Echa, Martín!’ a Chamartín.

Duques de Pastrana
El antiguo Chamartín de la Rosa

Otros historiadores dicen que este municipio fue fundado por vascos y navarros. Ese ‘Cha’ podría venir de ‘padre’ y de ahí la conjunción del nombre. En su origen, tenía una gran extensión dedicadas al secano.

Chamartín sería finalmente anexionado a Madrid el 5 de unió de 1948. Este sería el primer municipio de la periferia madrileña en incorporarse al término municipal de la capital.

LOS IMPORTANTES DUQUES DE PASTRANA

Gran parte de ellos terrenos de Chamartín de la Rosa pertenecía a los Duques del Infantado. Estos eran también Duques de Pastrana. Ambos ducados se separaron en 1852 por petición de la corona y estos terrenos cayeron en posesión de Manuel Álvarez de Toledo.

Manuel se casó con Dionisia Vives y Zires, condesa de Cuba. El matrimonio decidió construirse un palacio en sus terrenos en Chamartín. Este lugar fue tan importante y tan famoso que muchos afirman que aquí se alojó el mismo Napoleón durante la Guerra de la Independencia.

Duques de Pastrana
Reproducción del gabinete de Napoleón en Chamartín en el palacio de los duques de Pastrana

Sin embargo, hay un error histórico dentro de toda esta historia. El Palacete de los Duques de Pastrana, en realidad no se llama así. De hecho, esta familia nobiliaria jamás se alojó en el edificio al que hoy nos referimos.

Es más, el Palacio de los Duques de Pastrana original, aquel en el que se alojó Napoleón, sufrió un importante incendio en 1931. Años más tarde, sería demolido.

LUIS GUILHOU, EL HOMBRE QUE TRAJO EL FERROCARRIL A MADRID

El conocido como Palacio de los Duques de Pastrana en realidad se llama Palacio Guilhou o Quinta de San Enrique. Luis Guilhou fue el padre del edificio pues fue el encargado de mandarlo construir.

Guilhou era un importante empresario francés que llega a Madrid en el siglo XIX. Su legado fue tan decisorio que fue uno de los encargados de importar el ferrocarril a la capital.

Duques de Pastrana
Palacio Gilhou, conocido como Palacio de los Duques de Pastrana

En 1860 manda construir en Chamartín de la Rosa un Palacio para su hijo Enrique. Así nace el Palacio de los Duques de Pastrana, que en realidad se llama Quinta de San Enrique, en honor al primogénito de este rico empresario.

Sobre Luis Guilhou poco más se sabe. Con el tiempo desapareció sin saber dónde fue. Tampoco se conoce a quién vendió su querido palacio. Lo cierto es que allí sigue, en una de las esquinas del Paseo de la Habana.

ASÍ ES EL PALACIO DE LOS DUQUES DE PASTRANA

El Palacio de los Duques de Pastrana es de estilo romántico. Su interior ha sido totalmente modificado, por lo que no se conserva mucho de lo que fue en sus inicios.

Lo que si se mantiene intacto es su fachada decimonónica. También es muy importante sus monumentales jardines. De forma simétrica, están perfectamente conservados.

Este palacio tiene tres pisos. En el más bajo de ellos tenía varios salones y gabinetes destinados a recibir visitas. El primer piso estaba destinado a la vida de la familia de Guilhou. El último de ellos era el que ocupaba el servicio.

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Como todos los palacios madrileños, el Palacio de los Duques de Pastrana también tiene su propio fantasma. La Duquesita o Dama Blanca dicen que era la hija de los duques. Su padre la apostó en una partida de cartas que perdió. Para que no se llevaran a la niña, las malas lenguas dicen que la emparedó. Muchos dicen que se la puede ver por la noche merodeando por los pasillos.

Cierto o no, lo que si se sabe a ciencia cierta es que los Duques de Pastrana nunca vivieron en este palacio. Esto se corroboró cuando, tras años de abandono, en el año 2000 se inició una ambiciosa reforma para la que se recopiló abundante material histórico.

LA IMPORTANTE LABOR SOCIAL DEL PALACIO

De lo que pasó con el Palacio de los Duques de Pastrana tras la venta del empresario francés se sabe poco. Las noticias más antiguas datan de la II República. En aquel tiempo hay documentos que acreditan que se convirtió en un colegio para niños ciegos.

Este edificio romántico, siguiendo esta estela solidaria, se donó a la ONCE. Esta organización instaló aquí una escuela de formación para todos aquellos que tenga cualquier tipo de discapacidad ocular.

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Boda en el Palacio de los Duques de Pastrana

Además de todo ello, el Palacio de los Duques de Pastrana también se alquila para eventos. Muchos son los que deciden celebrar su boda en uno de los lugares más bonitos y más desconocidos de Madrid.

Ahora que ya sabes su historia, si alguna vez al caminar por el Paseo de la Habana te topas con un imponente edificio amarillo, podrás recordar aquella época en la que Chamartín era un pueblo y los franceses se peleaban por poder vivir en Madrid.