El Matadero de Madrid: de las reses a la cultura

Seguro que más de un fin de semana has ido a disfrutar de la cultura a Matadero. Lo que muchos no saben es que donde hoy hay actuaciones y espectáculos, hace no mucho se sacrificaban a diario miles de animales.

Un total de 64 naves abastecían a todos los madrileños del momento. Conoce la historia de Matadero, la “pequeña ciudad industrial” que dio vida al castizo barrio de Arganzuela.

LOS IMPORTANTES MATADEROS DE MADRID

En el año 1502, durante el reinado de los Reyes Católicos, los carniceros decidieron crear su propio gremio. A partir de aquí, en todas las ciudades se empezaron a emplazar en todas las ciudades de España diferentes mataderos para abastecer a los ciudadanos del momento.

En Madrid empezaron a surgir varios en lo que en aquel momento era las afueras de la villa. Uno de los más importantes se encontraba en la antigua plaza del Arrabal, actual Plaza Mayor. Testigo de aquello está la emblemática Casa de la Carnicería, que servía como matadero municipal. Es curioso que en aquel tiempo aquel lugar fuera considerado como la periferia de Madrid.

La Villa iba creciendo y los mataderos se iban trasladando cada vez más fuera de la ciudad. El siguiente estuvo en la actual plaza de Cascorro. Este centro cárnico sería el origen de famoso Rastro de Madrid.

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La Puerta de Toledo cuando era una puerta real

Para que las reses llegaran al matadero, estas entraban en Madrid a través de la Puerta de Toledo. De hecho, los animales que quería entrar en la Villa y Corte solo lo podían hacer a través de este lugar. La calle Toledo enseguida se convirtió en un lugar lleno de animales de diversas índoles.

Madrid no dejaba de crecer y la necesidad de construir un nuevo matadero capaz de abastecer a todos cada día era más grande. Estábamos ya en el siglo XIX y el Ayuntamiento se puso manos a la obra.

LA GRAN OBRA DE LUIS BELLIDO

El Ayuntamiento de Madrid presentó un concurso público para ver quién sería el encargado de diseñar el nuevo matadero de la capital. El arquitecto Luis Bellido sería el encargado de llevar a cabo tal importante encargo.

Para poder diseñarlo, el consistorio le otorgó una especie de subvención que debía destinar a viajar por las diferentes capitales de Europa para así poder conocer cómo eran los mataderos fuera de España. Viajó por varios países mediterráneos, así como por Alemania. Lo que vio al viajar por este país le impresionó tanto que decidió que era lo más ideal para Madrid.

Una vez decidido el diseño, ahora tocaba encontrar un lugar para instalar el nuevo matadero municipal de Madrid. Nadie quería tener una industria así cerca de casa, por lo que se decidió poner en las afueras de la capital.

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Un pastor en la Glorieta de Pirámides – 1936 – Santos Yubero

En aquel tiempo, Arganzuela no era más que unos prados donde pastaban las reses antes de su camino al antiguo matadero municipal. No había casas, sol un descampado cerca del río Manzanares. Aquí decidió Bellido que sería el lugar ideal para instalar lo que el denomino como “una pequeña ciudad productiva”.

El matadero de Madrid se comenzaría a construir en 1911. En esta etapa sufrió varios retrasos. Uno de los más importantes sería la falta de hierro por la I Guerra Mundial. Finalmente sería inaugurado en 1924.

ASÍ ERA EL MATADERO DE ARGANZUELA

El nuevo Matadero municipal de Madrid contaba originalmente con un total de 48 naves. Finalmente se ampliaría hasta las 64. De estas, hoy en día no se conservan todas. La llegada del paseo de Madrid Río acabaría con una parte.

En total son 165.415 metros cuadrados que se dividían en varias secciones. La primera de ellas eran naves de estabulación. Otras se dedicaban al degüelle y despiece, otras a secar pieles y tripas. También había una parte de administración y dirección, esta es la actual Casa del Reloj.

Matadero daría lugar a la Colonia Pico del Pañuelo de Arganzuela. En este lugar se alojaban los trabajadores. A su alrededor también creció un importante mercado de abastos donde se vendían carne y verdura. De hecho, este centro le daría vida a un barrio que por entonces comenzaba a nacer en Madrid.

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El gran Matadero de Madrid

En el interior de esta pequeña gran ciudad industrial también había una capilla. Además de todo ello, contaba con una línea de ferrocarril propia y una serie de vías con vagones que servían para transportar la carne.

Matadero llegaba a sacrificar entre 40 y 50 cabezas de vacuno al día. En lo referido al ganado lanar la cifra aumentaba hasta los 50.000 diarios. Este funcionó durante más de seis décadas.

El Matadero de Madrid fue mucho más que un centro dedicado a abastecer de carne a los vecinos de capital. Este lugar caló tanto que forma parte de la cultura popular de los madrileños.

En primer lugar, alrededor de este empezó a surgir una de los barrios más castizos de la capital. Arganzuela renació de la mano del trabajo que empezó a dar esta industria. Muchos de sus vecinos comenzaron a ganarse la vida gracias a esta gran empresa municipal.

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Trabajadores del Matadero de Madrid

También las historias populares empezaron a surgir gracias a la impronta de estas grandes naves. Una de ellas dice que hubo una vez en la que una de las reses del matadero se escapó sembrando el pánico por las calles de la capital. Finalmente, esta tuvo que ser sacrificada en plena Gran Vía por un torero que casualmente pasaba por allí.

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La ya desaparecida Freiduría de Gallinejas de Arganzuela

Otro de los grandes legados que surgieron gracias a estos centros municipales fue la gastronomía madrileña. A los mataderos acudían las mujeres pobres y sin trabajo para ver si les daban los restos de los animales que iban a tirar a la basura. Los trabajadores repartían entre ellas las tripas y despojos que no querían.

Ellas, con un gran ingenio, fueron capaces de transformar algo que acabaría previsiblemente en la basura en todo un manjar. Por eso, en este barrio empezaron a surgir tantos establecimientos dedicados a la casquería.

LA CULTURA FLUYE EN LAS NAVES DE MATADERO

Durante la Guerra Civil, Matadero no paró de producir. En una de sus naves se instaló un depósito de municiones debido a su cercanía al frente de batalla. En la postguerra, sirvió como almacén de patatas. Esta parte se convertiría con el tiempo en un gran invernadero.

De arquitectura mudéjar, otro de los ejemplos de este arte tan madrileño es el mercado de Tirso de Molina del barrio de Puerta del Ángel. Este es obra del mismo arquitecto que diseñó Matadero.

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Matadero en la actualidad

Madrid se convertía poco a poco en una ciudad cada vez más cosmopolita. Este carácter moderno no admitía tener casi en el centro de la capital una gran estructura dedicada al sacrificio de reses. Por este motivo, poco a poco, Matadero fue perdiendo importancia.

En 1970 sus instalaciones cada vez son más obsoletas. Muchas de ellas se empiezan a transformar en otros espacios. Finalmente, en 1996, el Matadero cerraría sus puertas y cambiaría las reses por la cultura.

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Las naves se han convertido en un lugar donde disfrutar de la cultura

Música, danza, teatro, cine… las opciones en Matadero son múltiples. Para conocer la inmensa programación que ofrece este centro de arte, solo tienes que visitar su página. Ahora que conoces su historia, disfrutarás el doble de este emblemático lugar.