Un recorrido por la historia de las murallas de la ciudad de Madrid

¿Sabías que la ciudad de Madrid tuvo murallas? Efectivamente, igual que Ávila, Lugo y otras muchas ciudades que perdieron las suyas en el proceso de industrialización, a finales del siglo XIX.

Algunos orígenes mitológicos dicen la ciudad de Madrid fue fundada por los romanos y su primer recinto amurallado fue construido por Ocno Bianor, de origen troyano. Totalmente falso.

Otras teorías cuentan que fue un tal Epaminondas, rey de Grecia, el cual abandonó su reino para fundar Madrid en el siglo IV a.C. Se dedicó a construir sus murallas, dejar su sello real en ellas y finalmente marcharse. Otra leyenda falsa.

Hoy te contamos la historia de las murallas madrileñas, tanto la árabe como la cristiana, además de hacerte una interesante ruta por los restos que quedan de ellas.

Sí, sí, has leído bien. Aún perviven parte de las murallas en lugares que jamás te hubieras imaginado: suelos de antiguas tabernas, garajes subterráneos, patios semi-abandonados, torres de edificios o incluso en baños de restaurantes.

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Murallas cristianas y cavas

Un recorrido por la historia de las murallas de la ciudad de Madrid

Tras la conquista del rey Alfonso VI, alrededor del año 1085 d.C, la ciudad de Madrid fue creciendo poco a poco durante los siglos venideros. Y según lo hacía, iban aumentando sus límites y, por tanto, también sus murallas.

Un vistazo rápido del mapa actual de Madrid nos hace ver una serie de semicírculos crecientes, con base siempre en la línea que marcan La Almudena y el Palacio Real.

La última de estas líneas queda perfectamente definida por las famosas Cavas: Cava Alta, Cava Baja y Cava de San Miguel. Esta es la línea de la muralla cristiana del siglo XIV, que además tenía como contradefensa una serie de profundas fosas que debían salvarse antes de toparse con la propia muralla.

Las murallas cristianas de esta época, nos indican que la ciudad llegaba en su parte ‘este’ hasta el actual Mercado de San Miguel. Incluso la Plaza Mayor quedaba fuera de la misma, y de ahí su primitiva denominación: Plaza del Arrabal.