La Policía constata que había siete calderas en el edificio de la explosión de la Calle Toledo

Agentes de la comisaría del distrito Centro de Madrid de la Policía Nacional constatan que en el interior del edificio que explotó hace ocho días en la calle Toledo había siete calderas e investiga los restos hallados para completar su investigación sobre las causas de la deflagración, han confirmado fuentes policiales.

Desde la parroquia de la Paloma, al que pertenece el inmueble del centro sacerdotal semiderruido, siempre han asegurado que había siete calderas y que funcionaban perfectamente. De hecho, han presentado a la Policía todos los documentos que lo constatan, entre ellos uno de la empresa de mantenimiento de dichas calderas, en las que figura el modelo y las características de esas instalaciones.

También alegan que pasaron la Inspección Técnica del Edificio, que tenían un seguro en vigor y que la compañía distribuidora de gas también había revisado el sistema hace un año dando resultado positivo, como han confirmado fuentes del Gobierno regional, que ahora están investigando cuántas calderas tienen registradas en la Dirección General de Industria y si todas tenían la obligación por ley de dicho registro, ya que depende de la caldera y del año que date.

Por su parte, desde Naturgy aseguran que en dicha inspección detectaron cinco calderas y no siete. “En este tipo de inspecciones se detectan si están conectadas a la red gasística, en las acometidas. La revisión de las calderas, en el interior, depende de la empresa de mantenimiento”, explican.

INTERROGADAS UNA TREINTENA DE PERSONAS

La Policía Nacional ya ha interrogado a una treintena de personas, entre sacerdotes y vecinos relacionados con la explosión. Fuentes de la parroquia indican a Europa Press que desde el primer momento han colaborado con las autoridades municipales y policiales para averiguar “toda la verdad, sea la que sea”.

Además, están recibiendo muchísimas fotos y vídeos, como solicitaron, de los momentos justamente posteriores a la explosión para comprobar dónde se encontraban los cuatro fallecidos.

También insisten en que detectaron un fuerte olor a gas solo minutos antes de la explosión y que las personas que en el momento de la explosión se encontraban en el inmueble no tocaron ni manipularon ni las calderas ni ningún elementos de la instalación de gas. De hecho, señalan que el sistema estaba bien salvo un radiador de la planta -1 que goteaba agua, de lo que se dieron cuenta el sábado anterior al suceso.

Además, las mismas fuentes parroquiales recalcan que, contrariamente a lo que se ha publicado, la calefacción funcionaba bien, incluido el propio miércoles 20, y que realizaron la reunión anual de la congregación el día 19, a la que asistieron 15 personas. Y entonces tras cambiar de sala pusieron la calefacción porque “hacía mucho frío ese día en Madrid”.