Plazas con encanto de la ciudad de Madrid

La Plaza Mayor, la Plaza del Dos de Mayo, la Plaza de Oriente, la Plaza de Santa Bárbara, la Plaza de Callao y un sinfín más son mundialmente famosas. Pero hay muchas más. Madrid está repleto de plazas.

Desde el inicio de los tiempos, las plazas han sido un lugar donde ver cómo respira una ciudad: de qué se habla, qué se lleva, qué se vende, quiénes se reúnen… En definitiva, uno de los pulmones de la ciudad.

Desde coronaciones hasta ejecuciones, manifestaciones, procesiones o canonizaciones. Las plazas son el alma de un barrio y de su ciudad. Y Madrid tiene plazas muy, muy bonitas.

Hacemos un recorrido por las plazas con encanto más desconocidas de la ciudad. Las hay redondas, rectangulares, octogonales… Pero todas tienen algo en común: forman parte de nuestra vida y nuestra historia. Y merecen una visita.

Plaza de la Villa

Plazas con encanto de la ciudad de Madrid
Plazas con encanto de la ciudad de Madrid

Es la plaza más antigua de Madrid. Fue la sede del principal mercado de la ciudad cuando la habitaban los musulmanes y durante los primeros tiempos medievales, y contiene tres edificios notables.

El principal es la Casa de la Villa, la cual fue sede del Ayuntamiento, de estilo castellano-barroco. Una obra de Juan Gómez de Mora en 1630, que no se terminó hasta 1695, y cuya fachada fue alterada por Juan de Villanueva en 1780.

La Casa de Cisneros, en cambio, fue construida como palacio por un pariente del gran Cardenal Cisneros en 1537. Restaurada en 1910, ahora también alberga oficinas municipales.

Frente a la Casa de la Villa, la Casa y torre de los Lujanes. Fue el hogar de una de las familias aristocráticas de Madrid desde el siglo XV. Cuenta la leyenda, que el rey Francisco I de Francia fue prisionero durante unos días en la torre por culpa Carlos V.