¿A quién no le gustan los pollos asados?
El problema es encontrar buenos asadores, donde la carne no quede completamente seca y la salsa que acompaña no sea la cosa más insulsa que has probado en tu vida.
Pero nosotros tenemos solventado este problema. Aquí os dejamos una lista con los establecimientos que mejor preparan esta delicia.
Olvídate de comer pollo como última opción cuando no tienes ganas de cocinar un domingo. Si pruebas el de estos locales, te aseguramos que querrás comerlo todas las semanas.
¡A disfrutar!
El Murciano
Joaquín Pérez vino a Madrid a ganarse la vida. Con ilusión y esfuerzo abrió El Murciano en el año 1981, en el mismo local que perdura hoy en día.
Aunque muchas cosas han cambiado desde entonces: el calor excesivo, el espacio tan reducido y los medios insuficientes con los que se contaban ni se parecen a lo que tienen actualmente.
Lo que no ha cambiado es la calidad de sus pollos, jugosos y tremendamente sabrosos, ni sus increíbles precios. Medio pollo asado cuesta 4€, mientras que el completo sale por tan solo 7’50€.
Pero aquí todo lo hacen rico. También puedes llevarte patatas fritas, empanadillas de barbacoa, fingers de queso manchego y membrillo, alitas de pollo, pimientos fritos, nuggets de pollo, croquetas de jamón, dados de quesito picante, jalapeños, fingers de pollo, aros de cebolla y ensalada murciana.
Y no te puedes ir sin probar sus empanadillas de pollo. Son una auténtica delicia, pues su sabor es más parecido a una pizza que a una empanadilla, y las encontrarás en formato clásico o picante.
Los fines de semana la cola es tan larga que, a menudo, se pierde al doblar la esquina. Por algo dicen que son los mejores pollos asados de Madrid.
Se encuentra en la calle de Valencia 18, en Lavapiés y muy próximo a Embajadores.
Asador Navarro
Estamos hablando de un asador de pollos tradicional de Madrid.
Lleva más de 30 años en el mismo sitio, con el mismo producto y la misma calidad de siempre. Lo único que cambian son las generaciones al frente del negocio.
Tienen unos pollos jugosos, tiernos y grandotes, que son una delicia. No te olvides comprar alguna que otra barra de pan, porque su salsa no tiene desperdicio. El precio del pollo completo es de unos 8€.
Un establecimiento de comida casera, en pleno centro de Madrid, en el que disfrutarás de la comida como si estuvieras en casa de la abuela. La única pega es que se forman unas colas impresionantes los domingos.
Aunque su punto fuerte son los pollos asados tienen una amplia variedad de platos para llevar. Excelente la pechuga villaroy, las croquetas, las albóndigas, el magro con tomate y la tarta de queso.
Se localiza en la calle López Silva 7, en La Latina y al lado de mítico Rastro.
Casa Mingo
En las grandes ciudades de España hay un asador en cada barrio, y Madrid no iba a ser una excepción. Pero los de este emblemático establecimiento están especialmente ricos.
Si eres madrileño o estás afincado aquí, es una imposición probar el tradicional pollo asado y la sidra de elaboración artesanal de este mítico restaurante madrileño.
Desde el año 1888, el restaurante es visita obligada tanto para residentes como turistas de todo el mundo. Por aquí han pasado generaciones de madrileños y famosos de toda índole.
Su especialidad es el pollo asado acompañado de unas buenas sidras. Un restaurante castizo, muy popular en la ciudad y donde es fácil comer bien y a buen precio. El pollo completo no supera los 8€.
Se localiza en el Paseo de la Florida 34, en Príncipe Pío.
Le Gallinero
La historia de Le Gallinero comenzó a raíz de su producto más emblemático: el pollo Las Landas. Son pollos criados en libertad y asados de forma artesanal en sus rosticeros.
Tienen el sello Label Rouge, marchamo francés que distingue a productos de alta calidad. Puedes elegir salsa a las finas hierbas o de soja y jengibre, y el pollo completo sale por menos de 11€.
Preparan a diario menús caseros, para que comas ‘como en casa’ pero donde tú quieras, ya sea en la oficina o en un parque. Y lo mejor es que lo reparten sin gastos de envío ni pedidos mínimos.
Si estás en casa trabajando o quieres organizar una cena con amigos y no tienes tiempo de cocinar, pide desde su web y te lo llevan a la hora que te venga mejor.
Otros productos deliciosos y característicos son las tortillas de patata con chorizo de Potes, el surtido de croquetas caseras o alguno de los platos que cocinan a diario.
Se sitúa en la calle de Manuela Malasaña 3, a escasos metros de la Glorieta de Bilbao.
La Bomba Bistrot
Si lo que te va es la gastronomía fina, no te puedes perder el pollo sibarita de La Bomba Bistrot, el restaurante de Christophe Pais en Madrid.
Imagínate si es una pieza delicatessen, que el pollo completo sale por la friolera de 21€ por persona, pero te aseguran un ave criada en semilibertad, alimentada con cereales y cocinada durante 12 horas.
Christophe los asa con una técnica sofisticada, que convierte sus ‘poulet du dimanche’ en un bocado antológico. Cocción perfecta, melosa en muslos y pechugas, salsa aromática, profunda y potente.
El resultado es una textura que se deshace en la boca, extremadamente jugosa y sabrosa. Se acompaña de unas patatas fritas con triple cocción y una ensalada especial de la casa.
También tienes la opción de pedir el menú, que se sirve para 4 comensales como máximo y sale a 33€ por persona. Siempre avisan de que tardan 40 minutos en preparar este delicioso pollo.
Lo encontrarás en la calle Pedro Muguruza 5, entre Cuzco y Plaza de Castilla.
Limbo
Taut Repsys, chef ejecutivo del Grupo La Musa -al que pertenece el establecimiento-, llevaba obsesionado desde 2015 con lograr elaborar un gran pollo asado.
Objetivo conseguido. Estamos ante un pollo asado de diez: sabroso y jugoso hasta la pechuga, la parte más complicada de dejar en su punto.
El secreto reside en un enorme horno de carbón, a medio camino entre un camión cisterna y una barbacoa tejana, que ocupa el centro del local y en el que los pollos giran y giran hasta alcanzar su textura adecuada.
Allí, se marinan durante 48 horas en una mezcla de ají panca y chipotle, que le da un sabor maravilloso. No te preocupes, porque apenas queda picante, ya que se esfuma con las altas temperaturas del horno.
Se sirve acompañado de su propio caldo y unas patatas fritas de churrería elaboradas a la perfección. También con tres salsas caseras: una mayonesa de ají amarillo, una salsa barbacoa y un pesto de perejil.
El propio horno tiene, además, una parrilla en la que se elaboran otros platos del restaurante. La estrella es el tomate a la brasa, acompañado de aceite, perejil y ajos asados.
Se localiza en la calle de San Mateo 3, al lado de Tribunal.
