La histórica promesa del Gobierno sobre traer el Cercanías a Boadilla del Monte continúa siendo una ilusión sin cumplir para sus vecinos, que ven como el único municipio de más de 60.000 habitantes vuelve a quedarse fuera de la inversión del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma).
Boadilla del Monte, una localidad con más de 63.000 habitantes situada en la Comunidad de Madrid, ha estado esperando ansiosamente la materialización de una promesa histórica: la implantación del servicio de Cercanías en su territorio. Sin embargo, ya han pasado dos años desde que el Gobierno de España se comprometió a realizar un estudio de viabilidad para llevar a cabo esta infraestructura tan necesaria, y aún no se ha hecho público dicho plan.
La ministra del Ejecutivo de Pedro Sánchez, en junio de 2021, se comprometió a elaborar un plan de viabilidad para el servicio de Cercanías en Boadilla del Monte en un plazo de dos años, con la intención de que para 2023 esta localidad pudiera disfrutar de tan anhelado transporte público. Esta promesa nació como respuesta a las reiteradas solicitudes del Ayuntamiento y de los propios vecinos, quienes consideran este servicio esencial para mejorar la movilidad y la calidad de vida en la zona.
Sin embargo, hasta la fecha, la esperada propuesta de viabilidad no ha sido dada a conocer por el Gobierno de España, lo que ha generado una creciente preocupación e incertidumbre en la población de Boadilla del Monte. La duplicación de la población en los últimos veinte años ha generado la necesidad de una solución de transporte eficiente y accesible, y la falta de respuesta por parte del Gobierno ha generado descontento entre los ciudadanos que esperan ansiosos la llegada de este servicio ferroviario.
EL MINISTERIO SE OLVIDA DE BOADILLA
Recientemente, el Ministerio ha anunciado una ayuda financiera de 54,5 millones de euros destinada a solucionar averías y retrasos en las líneas de Cercanías, pero en esta importante partida presupuestaria no se encuentra reflejado el tren en Boadilla del Monte. Esta omisión ha generado inquietud y cuestionamientos sobre el compromiso real del Gobierno con esta localidad, que sigue sin recibir una respuesta concreta sobre la implantación del servicio de Cercanías.
Los habitantes de Boadilla del Monte se preguntan por qué su municipio es el único con más de 60.000 habitantes que carece de este importante medio de transporte. Se sienten olvidados y consideran que la situación es injusta, ya que la conexión ferroviaria mejoraría la movilidad y la accesibilidad a otras zonas de la Comunidad de Madrid, así como a la capital.
El Ayuntamiento de Boadilla del Monte ha hecho esfuerzos constantes para mantener el tema en la agenda política y ha insistido en la necesidad de contar con una infraestructura ferroviaria que conecte de manera eficiente la localidad con el resto de la región. Sin embargo, la falta de avances y la falta de transparencia en cuanto al plan de viabilidad han generado frustración entre los representantes municipales y los ciudadanos.
BOADILLA EXIGE UN CERCANÍAS
Los líderes locales han manifestado su preocupación y han exigido respuestas claras y concretas por parte del Gobierno de España. Se sienten desfavorecidos y consideran que Boadilla del Monte merece contar con el mismo acceso a los servicios de transporte público que otras localidades de características similares.
La llegada del servicio de Cercanías a Boadilla del Monte no solo sería beneficioso para sus habitantes, sino también para la región en su conjunto. Contribuiría a reducir la congestión vehicular y las emisiones de gases contaminantes, fomentando así la movilidad sostenible y mejorando la calidad del aire.
En este contexto, la población de Boadilla del Monte espera con ansias una respuesta por parte del Gobierno de España. La promesa histórica del tren a esta localidad aún no se ha cumplido, y los ciudadanos continúan aguardando con esperanza que pronto se haga realidad este servicio de Cercanías que tanto necesitan para mejorar su calidad de vida y su conectividad con el resto de la región. El reloj sigue avanzando, y la necesidad de una solución concreta se vuelve cada vez más apremiante.
