Los colectivos se estĆ”n perdiendo en la resistencia a la derecha. BĆ”sicamente, en ocasiones, la lucha se estĆ” volviendo cuesta arriba para el propio colectivo por centrarse en temas que a priori, en el mes en del Orgullo, deberĆan pasar a segundo plano para que la lucha fuese eficaz.
El DĆa del Orgullo y la celebraciĆ³n que conlleva se darĆ”n este junio en un ambiente electoral que hasta el momento ya se ha marcado ‘momentazos’ que lejos de apoyar al colectivo no han contribuido nada bueno, es mĆ”s, han creado polĆ©mica. Este ambiente se ha ido gestando despuĆ©s de que el lĆder del PP, Alberto NĆŗƱez FeijĆ³o, haya justificado al candidato de Vox a la presidencia de la Comunitat Valenciana, condenado por violencia psĆquica contra su expareja, afirmando que “tuvo un divorcio duro y conllevĆ³ un abuso verbal hacia su exmujer”. AsĆ ha silenciado la violencia machista FeijĆ³o, a la que se ha dirigido explicando que se trata de una “obviedad”.
Uno de los motivos por los que el colectivo se ha alzado contra este tipo de actuaciones de polĆticos nacionales. Sin embargo, el mismo colectivo tambiĆ©n se centra en cuestiones que al final acaban siendo contraproducentes para el mismo. Esto se debe a que la verdadera lucha se centra en que la sociedad avance, acepte y respete, y en este sentido, el colectivo madrileƱo se estĆ” ocupando de cargar contra el alcalde de la capital, JosĆ© Luis MartĆnez-Almeida, por no colocar la bandera LGTBIQ+ en el Ayuntamiento de Madrid, cuando la normativa estipula que no se puede colocar ningĆŗn sĆmbolo, al igual que la bandera contra la violencia de gĆ©nero o la bandera del Real Madrid cuando ganan la Copa del Rey y lo celebran en Cibeles.
LUCHA LGTBIQA+, EN OCASIONES, DOS LUCHAS
En este mismo sentido, la lucha se convierte en contraproducente, porque centrar tanta atenciĆ³n en un aspecto simple de bandera deberĆa ir acompaƱado de otros movimientos, como cargar contra la campaƱa de Vox, que en este caso, el colectivo tambiĆ©n lo ha hecho y expuesto. Hay que tener en cuenta que otra cuestiĆ³n que puede resultar contraproducente para el colectivo y que aĆŗn asĆ manifiesta es el caso de la cajera de Lidl, denunciada por transfobia.
Las redes se han incendiado ante el despido de la cajera por haber llamado seƱor a una persona que no se consideraba de ese gĆ©nero como tal, disculpĆ”ndose a continuaciĆ³n y procediendo a callarse. El afectado desde el primer momento no tuvo en cuenta el margen de error de la cajera y lo calificĆ³ como un acto de Transfobia que ahora, le ha costado mĆ”s de un ataque de ansiedad a la cajera y un despido.
Un hecho que resta importancia a los verdaderos actos de transfobia. Hay que entender la diferencia entre contestar con respeto y pedir perdĆ³n ante una equivocaciĆ³n a la hora de dirigirse a la persona, como esta cajera de Lidl, frente a encontrarse en una situaciĆ³n en la que te estĆ”n faltando al respeto. Incluso cuando ya has hecho referencia a como quieres que se dirijan a ti y aĆŗn asĆ continĆŗan faltĆ”ndote al respecto.
Otra problemĆ”tica que estĆ” sufriendo el colectivo es la divisiĆ³n entre seguidores y no seguidores de Irene Montero, que estĆ” provocando que se dejen atrĆ”s los ideales de uniĆ³n y de lucha por una causa comĆŗn. En este sentido, este mes de celebraciones del Orgullo que deberĆa estar dedicado a las verdaderas reivindicaciones, no estĆ” siendo aprovechado por una parte del colectivo que se dedica a prestar atenciĆ³n a estas ‘problemĆ”ticas’ que no generan un avance para los derechos LGTBIQ+.