Más Madrid arremete contra Almeida por la “guerra de las zonas verdes” y consigue que se paralice la tala de árboles

La formación liderada por Rita Maestre asegura que se han “perdido 78.000 árboles” en esta legislatura mientras Borja Carabante sale en defensa del alcalde madrileño recordando que el Ayuntamiento autoriza las obras tanto de la Comunidad como del Gobierno estatal.

La polémica por las próximas talas en las obras de la ampliación de la línea 11 de Metro de Madrid ha llegado como tema este lunes al Ayuntamiento. Ha tenido lugar durante la celebración de la comisión de Movilidad y Medio Ambiente, a la que tanto Más Madrid como el PSOE llevaban sendas preguntas sobre la pérdida de masa forestal en la capital.

“Almeida pasará a la historia como el alcalde más arboricida” ha explicado el concejal socialista Ignacio Benito, al término de una intervención en la que repasaba las últimas polémicas del mandatario relacionadas con el verde, desde adoquinar los alcorques de Ponzano hasta asfaltar con zahorra lo que antes era tierra en los parques de Aluche o Calero. Sin olvidar la multitudinaria protesta de este fin de semana contra la tala de 279 árboles en Madrid Río.

Sin embargo, en esta línea, la Comunidad de Madrid ha paralizado la tala de árboles prevista en la zona de Madrid Río y modificará el proyecto constructivo de la ampliación de la Línea 11 de Metro. El principal objetivo de esta medida, que expresan desde la consejería de Transportes e Infraestructuras, es que en las zonas donde haya afectación de arbolado se trasplante el mayor número de ejemplares posibles. Para ello, la consejería encargará un análisis individualizado de cada árbol.

LAS IDAS Y VENIDAS DE LA TALA DE ÁRBOLES

El estudio informativo de la ampliación de la L11 de Metro entre Plaza Elíptica y Conde
de Casal contaba en su inicio con tres alternativas de trazado, tres estaciones de conexión (Palos de la Frontera, Conde de Casal y Atocha), y una única nueva estación en Madrid Río. Tras salir a información pública y recoger las alegaciones, se modificó para añadir una nueva estación, la de Comillas, a petición de los vecinos y del Ayuntamiento de Madrid.

En todo momento se ha contado con el Estudio de impacto ambiental requerido para
este tipo de proyectos y con la Declaración de impacto ambiental favorable. Durante la fase de redacción de proyecto, la estación de Madrid Río se desplazó unos metros debido a distintos condicionantes técnicos, como la modificación del trazado del túnel al incluir la estación de Comillas, así como para evitar la cercanía con otras infraestructuras como el nudo de la M-30 en el Puente de Praga, las tuberías de aducción de Canal de Isabel II y líneas de alta tensión que discurren por la zona.

LAS QUEJAS DE MÁS MADRID HACEN ACTUAR A LA CONSEJERÍA

Parece ser que estas respuestas de la Consejería de Transportes llegan después de que Más Madrid haya sumado a las críticas por las talas de árboles los datos del propio Ayuntamiento publicados en varios medios que demuestran que la capital ha perdido 78.616 árboles maduros durante la alcaldía de Almeida. “La competencia de proteger, restaurar y conservar los árboles de Madrid es del Ayuntamiento”, recordaba el concejal José Luis Bueno. “El responsable último de proteger el arbolado de Madrid es usted”, le decía a Borja Carabante mientras lamentaba que el árbol fuera “el gran olvidado” para esta administración.

En esta línea, el delegado de Medio Ambiente, Borja Carabante, respondía a las acusaciones explicando que las actuaciones de Metro corresponden a la Comunidad de Madrid. Su respuesta se centraba en criticar las talas de otras administraciones en la ciudad, recordando que durante la legislatura de Manuela Carmena se cortó “el 15% de los árboles de la Castellana” o señalando que las obras asociadas a las infraestructuras ferroviarias, responsabilidad de la estatal ADIF, han obligado a la tala de 1.193 árboles. “Parece que los árboles también tienen ideología”, se quejaba. Ahora desde la consejería recurren a la paralización de la tala de árboles para calmar las aguas en esta “guerra de las zonas verdes”.