El espectáculo antibelicista ‘Pharsalia’ reflexiona sobre la crueldad y el respeto en los Teatros del Canal

El espectáculo antibelicista ‘Pharsalia’, del coreógrafo Antonio Ruz, reflexiona este viernes sobre la crueldad y el respeto en la Sala Roja de Teatros del Canal, una obra que adapta el poema épico inacabado del cordobés Marco Anneo Lucano, nieto de Séneca, escrito en el siglo I.

La Compañía Antonio Ruz su primera producción de gran formato, coproducida por Teatros del Canal con el Sello Creación Canal y que podrá verse hasta el domingo. El coreógrafo ha concebido este espectáculo como un “canto antibelicista a la danza como arma de liberación y de energía salvadora”, en un tiempo en el que la guerra, esta vez en Ucrania, se hace presente.

“La guerra nos acompaña desde el comienzo de las civilizaciones, está en la naturaleza humana el deseo y la ambición, lo que induce a la inseguridad colectiva y a la lucha. Es un proceso brutal y peligroso pero que forma parte de nuestra especie”, ha manifestado el coreógrafo en un comunicado.

Ruz ha escogido una texto que aborda la guerra civil entre Julio César y Pompeyo Magno. De la dramaturgia ‘Pharsalia’ se ha encargado la actriz, bailarina, coreógrafa escénica Rosabel Huguet, quien ha concebido la obra en tres momentos: antes de la guerra, durante y tras la guerra, donde plasma el miedo al caos, de la amenaza a la anarquía, el exilio y la esperanza.

ONCE BAILARINES PROTAGONIZAN EL ESPECTÁCULO

A partir de esta dramaturgia, el trabajo coreográfico de Ruz indaga en la idea de la guerra desde un enfoque alegórico, poniendo al cuerpo al servicio de conceptos cotidianos como el conflicto, la crisis, la resistencia, la tensión o la evasión.

Además, esta propuesta escénica va acompañada de una creación musical original que viaja entre lo épico y lo electrónico, once intérpretes transitarán coreografías cargadas de violencia, sutileza y teatralidad lanzándose, con toda su fisicidad, a una fiesta del combate.

Una música envolvente, compuesta por Aire y marcada por elementos electrónicos y acústicos, rodeará al espectador despertándole “sensaciones más propias de una película que de una pieza de danza”, con sonidos que evocan “una batalla, la muerte, la reconciliación, el éxtasis y la conexión espiritual”.