Ayuso se propone crear el primer GP de F1 a “bajas revoluciones” para no molestar a los vecinos

La Comunidad de Madrid, contando con el apoyo del Ayuntamiento capitalino, han apostado por la llegada de la Fórmula 1 (F1) a la capital española. Concretamente, al circuito del Jarama. Un nuevo proyecto deportivo que no llegaría hasta la región madrileña hasta 2026 y que, actualmente, cuenta con grandes impedimentos para hacerse realidad. Entre ellos, el enfado de los vecinos de la zona.

Sin duda, la Comunidad de Madrid es una región en la que todo parece posible. Desde experimentar una gastronomía de estrella Michelín, hasta pasear en un entorno natural único… pasando por disfrutar de la alta competición. En concreto, a través de la Fórmula 1.

Un plan que ya está sobre la mesa de la Comunidad de Isabel Díaz Ayuso, y que cuenta ya con el apoyo indiscutible del Ayuntamiento de Madrid, liderado por José Luis Martínez-Almeida. Un proyecto que podría hacerse realidad, según los planes madrileños, de cara a 2026, momento en el que esta competición abandonará su actual ubicación.

EL JARAMA SE “PREPARA” PARA LA FÓRMULA 1

Así pues, ha sido la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la que ha reconocido que su Gobierno regional se encuentra en “conversaciones” para llevar la Fórmula 1 a la región madrileña. En concreto, al circuido del Jarama, situado en San Sebastián de los Reyes.

“La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) está interesada, y estamos trabajando con ella para analizar cómo debemos empezar esta importante aventura” ha asegurado la presidenta madrileña. Eso sí, ha reconocido que estos contactos con el mundo automovilístico, a pesar de marchar por buen camino, no son más que un “comienzo”.

Un comienzo en el que ya está planteado que sea necesario hacer reformas en el actual recinto del Jarama para poder celebrarse en Madrid la F1. Unas reformas que serían costeadas al completo, tal y como señala el diario Marca, por la Comunidad de Madrid, y que ascenderían a los cerca de 50 millones de euros.

“Creemos que es un evento deportivo extraordinario” ha explicado, por su parte, José Luis Martínez-Almeida. “Es uno de los pocos eventos deportivos que le faltan a la ciudad de Madrid, y estamos dispuestos a hacer el esfuerzo necesario para que, si podemos traer la F1 a Madrid, lo hagamos”.

LOS VECINOS PODRÍAN TENER LA “LLAVE” PARA LA LLEGADA DE LA F1

Un esfuerzo que, efectivamente, deberá ser “extraordinario”. Sobre todo, en el caso de la modificación del actual circuito del Jarama. Y es que, tal y como han recordado las redes sociales, lo cierto es que este circuito no es actualmente “idóneo” para esta competición, a pesar de que ya la acogiese en 1981.

El Jarama no tiene licencia de grado 1, por lo que hoy en día no es apto para realizar carreras de F1. La inversión que habría que hacer para adaptarlo es increíble” destaca un usuario en las redes sociales. Algo que ya entra dentro de los planes de las administraciones públicas madrileñas, que cuentan con un plazo de tiempo de casi cuatro años, hasta 2026.

Sin embargo, no es esta modificación del circuito la única “problemática” a la que se tendría que enfrentar el Jarama para acoger la F1. Y es que este circuito cuenta con una zona “en la que se debe reducir la velocidad por normativa anti ruidos”. Una zona que ha sido delimitada acústicamente para evitar molestias a los vecinos de Ciudalcampo, en San Sebastián de los Reyes. Una exclusiva urbanización muy cercana al circuito automovilístico.

Una limitación de la velocidad de los vehículos, así como del uso del recinto, que podría suponer un serio enfrentamiento entre la Comunidad de Madrid y los vecinos de San Sebastián de los Reyes. Y es que, tal y como aseguran vecinos al Qué!Madrid, en ocasiones, los eventos que se producen en el Jarama provocan un “molesto ruido” que impide el descanso de los vecinos. Algo que se incrementaría exponencialmente con la llegada de la F1 a Madrid. Un plan que parece nacer con grandes posibilidades de fracasar. Al menos, en lo que al apoyo vecinal se refiere.