Conoce la historia del antiguo zoo de Madrid: La Casa de Fieras del Retiro

La Comunidad de Madrid cuenta en la actualidad con uno de los zoos más importantes del país. Un lugar en el que poder ver todo tipo de animales sin necesidad de moverse de la capital. Sin embargo, muchas personas desconocen el hecho de que la capital madrileña tuvo muchos años antes otro zoológico, considerado el segundo zoo más antiguo de Europa.

Este antiguo espacio, conocido como La Casa de las Fieras, se encontraba situado en uno de los parque más importantes y más grandes de la ciudad de Madrid: el Parque del Retiro. La inmensidad de terreno del cual dispone el citado pulmón verde permitió durante años que los madrileños y turistas acudiesen a un zoo en el centro del parque.

La historia de este desconocido zoológico madrileño se remonta unas cuantas décadas atrás, concretamente a tiempos del rey Carlos III. Dicho monarca llegó a la capital con el deseo de hacer de Madrid una capital al nivel de otras grandes ciudades de la época. Así pues, el rey decidió construir un gran complejo dedicado a la naturaleza. Este estaría formado por el Real Jardín Botánico y el Museo de Ciencias Naturales, que con el tiempo acabaría siendo el actual Museo del Prado.

PRIMERA UBICACIÓN DEL DESCONOCIDO ZOO

Pero para Carlos III estos nuevos espacios no eran suficientes, por lo que decidió instalar un pequeño zoo en lo que hoy conocemos como Cuesta de Moyano. Allí se podían encontrar animales que procedían de todos los continentes y demostraban el poder del monarca español. Además, muchos de estos animales eran empleados para el estudio científico junto al entretenimiento en eventos llevados a cabo por la familia real.

No obstante, el primer zoo de Madrid no se mantuvo en la Cuesta de Moyano ya que, poco antes de la invasión francesa, se ordenó el traslado de las instalaciones al Parque del Retiro, en un lugar próximo a la Puerta de Alcalá. Pero el comienzo de la Guerra de Independencia provocó rápidamente que los animales del zoo muriesen debido a la falta de cuidados, quedando el zoo en un situación muy desfavorables.

Ante esta situación, Fernando VII apostó mejorar este espacio del cual solo podían disfrutar la familia real y sus seres queridos más allegados. Así pues, reformó y construyó nuevas infraestructuras en la Casa de Fieras, haciendo del Parque del Retiro un lugar aún más exclusivo y único.

En 1868 se abrió el recinto al público, coincidiendo con la asunción de su gestión por parte del Ayuntamiento. Sin embargo, su mantenimiento era demasiado caro, por lo que pocos años después se cedieron los derechos de explotación a un empresario de circos, Luis Cabañas. Por este motivo, a finales del siglo XIX y a principios del XX era posible ver en las calles de Madrid a cocodrilos tomando el sol o a un elefante dándose un baño. El zoo de la capital madrileña se había convertido en un circo.

LA ÉPOCA DE MAYOR ESPLENDOR

No fue hasta 1918 cuando el Ayuntamiento de Madrid volvió a tomar el control de la Casa de Fieras, aunque poco tiempo después, con la Guerra Civil, regresaron los malos tiempos para el lugar. Fueron tiempos difíciles para este desconocido zoológico, que surgió las graves consecuencias de la guerra en el país.

Pese a ello, una vez más este emblemático espacio para los animales ”resurgió de sus cenizas” y consiguió vivir sus mejores momentos durante la década de los 50 y 60. Tanto fue así que en 1972 se decidió trasladar al actual zoo de la Casa de Campo, aliviando así el malestar de los vecinos que residían en la zona del Retiro.

Hoy en día tan solo quedan los restos del que fue uno de los zoos más importantes de Europa. Así pues, el popular Parque del Retiro conserva aún varias estructuras de la antigua Casa de Fieras, como el foso de los monos, las guaridas de los osos o “La Leonera”.