Los jóvenes ‘sin blanca’ se mudan al barrio Salamanca: esto les cuesta una habitación

El acceso a la vivienda sigue siendo un auténtico calvario para miles de madrileños. Sobre todo, para la gente joven, cuyos sueldos ‘se van’ con los abusivos costes del alquiler. Una situación en la que proyectos de ‘coliving’ proliferan para dar una respuesta ‘digna’. Una solución temporal que no resuelve, sin embargo, la crisis residencial en Madrid.

Estudio; 25 metros cuadrados; cuarta planta sin ascensor. 450€. Piso en Lavapiés, 25 metros cuadrados, 5º sin ascensor. 500 euros al mes. Esta es la realidad de los pisos de alquiler en la capital española. Algo que se puede comprobar fácilmente con sólo echar un vistazo a los distintos portales de alquiler de vivienda disponibles en Internet. Precios que suponen que, en muchas ocasiones, aquellos jóvenes que estén dispuestos a independizarse, tengan que destinar prácticamente la mitad de su salario al alquiler. Algo que ni siquiera les garantiza vivir modestamente pero en una zona de la ciudad confortable. Y es que, en muchas ocasiones, los bajos precios coinciden con pisos apenas habitables, o extremadamente lejos del corazón de la capital.

Situación desesperada que parece no solucionarse, a pesar de las distintas ayudas a la compra de vivienda, o al alquiler, diseñadas tanto desde el Gobierno nacional como desde el Ejecutivo regional. Algo que se ha podido ver en la última medida del Gobierno de España de ayuda al alquiler, aún pendiente de hacerse efectiva.

Una realidad ante la que no sólo aparecen alquileres abusivos, sino que también surgen proyectos que no dudan en ofrecer condiciones de vivienda ‘dignas’ a un precio asumible. Y hacer negocio con ello. Un sistema que, ahora, llegará al barrio Salamanca, uno de los barrios más exclusivos de la capital, en forma de ‘coliving’.

EL COLIVING, EL NUEVO ‘HÍBRIDO’ EN VIVIENDA

¿Qué es un coliving? El término recuerda mucho al ya conocido ‘coworking’, espacios en los que las empresas alquilan ‘puestos de trabajo’ de un edificio, y comparten zonas comunes con otras empresas. Una idea híbrida de lo público y lo privado que se adapta también a la vivienda con el ‘coliving’. Un proyecto en el que los inquilinos, principalmente jóvenes, pueden disponer de un espacio privado dentro de un edificio, a la vez que comparten zonas comunes con el resto de inquilinos.

Un híbrido entre una residencia de estudiantes, con la comodidad de un piso en alquiler compartido, que cada vez es más frecuente en las grandes ciudades. Así pues, los inquilinos pueden escoger entre alquilar, a medio o largo plazo, una habitación compartida, habitación privada, o un piso completo privado. Opciones que, además, van acompañadas de diversas zonas comunes, como gimnasio o piscina, en las que interactúan profesional y personalmente con el resto de inquilinos.

ALQUILERES ASUMIBLES EN EL CORAZÓN DE MADRID

Como no podía ser de otra manera, Madrid no ha tardado en sumarse a esta nueva moda habitacional del ‘coliving’. Y, próximamente, lo hará a lo grande.

Así pues, la empresa Habyt, líder mundial en este tipo de formato de vivienda, abrirá próximamente en el exclusivo barrio de Salamanca el mayor coliving de España. Un edificio, que además será el tercero más grande de Europa, que contará con 2.900 metros cuadrados, y 128 habitaciones.

Macroproyecto que está previsto que abra sus puertas en el tercer trimestre de 2023 y que contará con dos edificios contiguos, que ofrecerán a sus habitantes instalaciones como restaurantes, solárium, azoteas o gimnasio. Todo ello, por unos precios ‘asumibles’ para los bolsillos más modestos de la juventud madrileña.

Así lo ha podido comprobar este diario a través de las ofertas actualmente disponibles en Madrid. Dentro de este espacio de coliving, el alquiler de una habitación privada en instalaciones situadas en calles céntricas de la capital oscila entre los 350 y los 500 euros. Cifras que se convierten en ofertas tentadoras, viendo el mercado del alquiler actual. Eso sí, este nuevo híbrido habitacional, a pesar de ser una gran opción para los jóvenes madrileños, no llega a ser suficiente para convertirse en una solución a la crisis de la vivienda que azota Madrid desde hace años, y que cada vez retrasa más la edad de la emancipación de los madrileños.