La Semana Santa está a la vuelta de la esquina y, como todos sabemos, las torrijas son el postre por excelencia de estas fechas. En algunos locales son elaboradas durante todo el año, y con razón, ya que es el dulce más consumido de la capital después del roscón de Reyes.
Nacieron de la llamada “cocina pobre o de aprovechamiento”, y en su humilde origen era una rebanada de pan empapada en leche o vino, rebozada en huevo y después frita con aceite. Y se tomaba en las tabernas junto a un vaso de vino.
Hay cientos de creaciones, y cada pastelería le da su toque personal para diferenciarse de la competencia. Lo que nunca suele fallar en la receta es el aroma de canela en rama, aunque muchas lo dejan a gusto de consumidor, porque no agrada a todo el mundo.
Tienen hasta un torneo propio, el Concurso de Torrijas de la Comunidad de Madrid, organizado por la Asociación ACYRE y la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid. Se desarrollan tres categorías de participación: tradicional, innovadora y sin gluten. ¿Preparado para comenzar la ruta?
6La Mallorquina
Su situación, en plena Puerta del Sol, hace que el trasiego de turistas sea constante a cualquier hora del día.
Aquí elaboran unas torrijas de tamaño XXL que te dejarán con la boca abierta. Lo más aconsejable es compartirlas, a no ser que la ansiedad te pueda y necesites devorarla solo.
Están hechas con pan mojado en leche y azúcar, y después aromatizadas con canela y almíbar. Recuerdan muchísimo a las torrijas caseras que podrían elaborar las madres o abuelas resposteras.
Se sitúa en la mismísima Puerta del Sol 8, en el corazón de Madrid.
