La desaparecida colonia de ‘Madrid Moderno’, un novedoso barrio congelado en el tiempo

Fruto del deseo de hacer de Madrid una ciudad de ensueño, la capital albergó durante más de diez años un colonia modernista de chalés de la que apenas quedan restos en la actualidad. Denominada ‘Madrid Moderno‘, el proyecto urbanístico se presentó como un distrito de viviendas unifamiliares situado en la zona que ocupa hoy en día la plaza de toros de Las Ventas. A pesar de que el proyecto se inició con mucho entusiasmo, acabó quedando en el olvido de los madrileños, pudiendo apreciarse en la actualidad tan solo un 10% de lo que fue en su momento.

La exclusiva zona iba a ser uno de los barrios más europeos de Madrid con diseños que no habían sido vistos hasta el momento. Contaba con su propia línea de tranvía que recorría Goya-Madrid Moderno-Ventas, multitud de jardines, restaurantes y cafeterías modernistas. Todo apuntaba a que sería la colonia de moda en la que podría vivir la clase media y alta de la ciudad, sin embargo su crecimiento se estancó y apenas sobrevivió poco más de una década.

Una llamativa torre situada en la esquina de las calles Castelar y Cardenal Belluga puede considerarse la puerta de entrada a esta mermada colonia. Junto a este torreón, apenas quedan una docena de viviendas que lucen unos amplios miradores de madera con coloridos detalles neomudéjar de azulejo.

La idea que se buscaba con la creación del mencionado barrio era promover la integración social ofreciendo unas viviendas baratas que siguiesen la concepción urbanística propuesta por Arturo Soria. Cada vivienda contaba con dos pisos, sótano, patio interior y jardín, siendo el inmueble perfecto para las familias con un precio económico.

“LA IDEA QUE SE BUSCABA CON LA CREACIÓN DEL MENCIONADO BARRIO ERA PROMOVER LA INTEGRACIÓN SOCIAL OFRECIENDO UNAS VIVIENDAS BARATAS QUE SIGUIESEN LA CONCEPCIÓN URBANÍSTICA PROPUESTA POR ARTURO SORIA”

UN ESTILO VARIOPINTO

El arquitecto Julián Marín fue el que desarrolló la primera fase de construcción de esta colonia. Aunque en general este proyecto contó con el beneplácito de la mayoría de la sociedad madrileña, también tuvo sus detractores, como el escritor Azorín. Marín no fue el único que dirigió el ostentoso proyecto arquitectónico, ya que después de él vinieron otros dos artistas que aportaron su visión a la colonia madrileña.

Mauricio Martínez Calonge y Valentín Roca Carbonell fueron los arquitectos que sucedieron al constructor inicial, por lo que la variedad de estilo en el barrio denota que no hubo una buena organización y cada uno dirigía la construcción de la colonia a su gusto y semejanza. Quizás fruto de este variopinto estilo decorativo la opinión de los madrileños sobre Madrid Moderno fue empeorando a medida que pasaba el tiempo.

La política también marcó la historia de esta desaparecida colonia. A finales del siglo XIX, el Partido Liberal no otorgó a las viviendas la licencia de construcción, aunque si que permitió hacerlas. Por ello, al cambiar el mandado de liberales a conservadores, éstos últimos paralizaron las obras durante una temporada.

El crecimiento de la población, el desamparo de protección de estas peculiares viviendas y la especulación inmobiliaria terminó por rematar la desaparición de lo que iba a ser la colonia más espectacular de todo Madrid. Las casas fueron derribándose poco a poco durante los años 70 ante las quejas de muchos vecinos que se oponían a que desapareciesen. Por todo ello, ‘Madrid Moderno’ supone un viaje en el tiempo a una época en la que se apostaba por mejorar la calidad de vida de los madrileños.