La Iglesia de la Buena Dicha, un discreto templo religioso con un oscuro secreto

En pleno barrio de Malasaña, cerca de la Gran Vía, se encuentra un edificio que sorprende a todo aquel que se topa con él. Un templo religioso construido entre 1914 y 1917 por el arquitecto Francisco García Nava que pasa desapercibido entre el bullicio del centro de la capital. Adentrarse en su interior supone un enriquecimiento personal debido a su fusión de estilos que la hacen tan especial.

La calle donde se encuentra, conocida como Calle Silva, es una delgada vía de aspecto desgastado en la que los turistas y madrileños no se detienen a fijarse en los pequeños detalles. La iglesia, construida en ladrillo, tiene una historia de lo más peculiar que hace que aquel que la conoce vuelva a visitarla alguna otra vez en su vida.

Su origen se remonta al año 1594, en el que se levanta el templo religioso de la mano de Fray Sebastián de Villoslada. En un primer momento, fue fundado como el Hospital de Nuestra Señora de la Concepción y de la Buena Dicha para atender a los más necesitados de las zonas de alrededor. En la parte trasera se construyó el Cementerio de la Buena Dicha con la finalidad de dar sagrada sepultura a los fallecidos en el centro hospitalario contiguo.

Con el paso del tiempo, se levantó la Iglesia de la Buena Dicha, un edificio que hoy en día se considera “desaparecido” debido a que la iglesia que admiramos en la actualidad reemplaza a la construcción original. Por su parte, el hospital madrileño atendía a diario a cientos de enfermos, como es el caso de Manuela Malasaña, la cual fue enterrada posteriormente en el camposanto de la Buena Dicha.

El interior de este templo tiene tan solo una nave que se divide en dos tramos, y una cabecera cubierta por una bóveda que atrae la mirada de todos los fieles. A la entrada, se puede observar un coro alto junto a vidrieras de estilo modernista, destacando al fondo de la iglesia la joya escultórica: la Virgen de la Misericordia.

UN EXTRAÑO SUCESO

Su fachada apagada y discreta hacen que la Iglesia de la Buena Dicha cree a su alrededor un aura de misterio que conmueve a todo aquel que la visita. Además, su pequeño tamaño y sus fríos muros suscitan leyendas del templo que no dejan indiferentes a nadie. Según cuenta una de estas leyendas, el 2 de abril de 1998 tuvo lugar un suceso extraño en el interior del edificio religioso.

Al parecer, esa misma mañana se comenzaron a escuchar voces y a deslumbrar luces azules del interior del templo. Acto seguido, se rompieron todas las vidrieras y el sacerdote que se encontraba en su interior huyó despavorido y colgó los hábitos para abrir un pequeño comercio. Este hecho no tuvo gran trascendencia en su momento, aunque si tenemos en cuenta el aspecto fantasmal de la iglesia podría encajar a la perfección.

Otro suceso estremecedor ocurrido en la Iglesia de la Buena Dicha tuvo lugar el 16 de abril de 1934. Esa mañana, mientras se celebraba la misa, una señora mayor fue agredida con un cuchillo de grandes dimensiones por un señor de cuarenta años. Las heridas causadas fueron mortales y la anciana falleció a las pocas horas.

El agresor fue detenido en la iglesia por un religioso y dos hombres. Al parecer, los motivos por los que se produjo el asesinato fueron económicos, sin embargo dejaron una mancha para siempre en el templo sagrado. A pesar de todo ello, la iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1994 y se encuentra abierta al público, aunque con un horario muy restringido.