Adiós a las cabinas telefónicas madrileñas, solo sobrevivirá una gracias al cine en Chamberí

Últimas llamadas desde las cabinas telefónicas de Madrid. A tan solo unos días de comenzar el año, el 2022 ya tiene su primera “víctima”. Se tratan de las cabinas telefónicas que desaparecerán del callejero capitolino tal y como ha aprobado recientemente el Consejo de Ministros con la nueva Ley General de Telecomunicaciones. A punto de cumplir el centenario, estos singulares espacios que invadieron las calles de todo el mundo desparecerán de Madrid este 2022.

A punto de cumplir el centenario, desparecerán de Madrid este 2022

Era la primavera de 1928 cuando Alfonso XIII descolgó el teléfono en una cabina rectangular situada en Parque del Buen Retiro. Era la primera llamada a través de una cabina telefónica que se hacía en España. Tal fue la acogida que miles de cabinas invadieron la capital para que los madrileños pudieran llamar a cualquier lado gracias a tan solo unas pesetas.

Pero con la llegada de los céntimos de euros, todo cambio. A finales del siglo XX se empezaron a fabricar los teléfonos móviles y con la entrada del nuevo siglo casi toda la población contaba con un terminal de estas características. La portabilidad hizo que los teléfonos fijos cayeran en desuso y el que cada persona contará con un dispositivo provocó que ya nadie necesitara las cabinas. No obstante, a pesar de perder la práctica totalidad de sus usuarios, los postes de estos teléfonos públicos han resistido el paso del tiempo y actualmente permanecen como un recordatorio de lo que en su día fueron.

Según datos de Telefónica, en Madrid aún resisten 1.800 teléfonos públicos. Eso sí, su estado deja ver el paso del tiempo ya que muchas cabinas están rotas, han sido vandalizadas o acumulan basura. Ya nadie se ocupa de estos teléfonos públicos que un día fueron la salvación de muchos mensajes. Y es que aunque hayan caído en el olvido y sean invisibles para la mayoría de viandantes ahí siguen como fieles testigos de la historia de Madrid.

Pero ha llegado su fin y es que la compañía Telefónica no está dispuesta a mantener este servicio condenado a desaparecer. En los últimos años la empresa ha contabilizado tan solo una llamada a la semana desde estos espacios rectangulares, transparentes y de rayas azules. Esta práctica nula demanda ha hecho imposible la supervivencia de lo que un día fue un servicio universal.

UN NUEVO DESTINO

Tras el acuerdo de desmantelamiento, las cabinas telefónicas tienen un nuevo futuro que jamás habrían esperado. Convertirse en bibliotecas, ser atrezo cinematográfico o su destrucción son algunos de los destinos a los que están abocados estas cabinas telefónicas. Las que ofrezcan buen aspecto se guardarán en los almacenes de Cabitel, filial de Telefónica responsable de estos activos. Allí, se custodiarán decenas de ejemplares para posibles usos relacionados con el cine y para decorados de época.

Asimismo, algunas de estas cabinas telefónicas se reconvertirán en ciertos espacios con diferentes utilidades que justificasen su existencia en la actualidad. Por ejemplo, en San Sebastián de los Reyes, el Pleno aprobó convertirlas en pequeñas bibliotecas de carácter popular y puntos de wifi gratuito. Pero el municipio del norte no es el único que ha decidido darle una segunda vida a estas cabinas y también consistorio de Leganés ha solicitado que se reconviertan las cabinas y se modernicen siguiendo el ejemplo de la metrópoli neoyorquina.

En el caso de Madrid, los vecinos de Chamberí han conseguido que un nuevo poste se ancle al asfalto. En la plaza del Conde Valle de Suchil con el cruce de la calle Arapiles, se instalará ‘La Cabina’ que rendirá homenaje al inolvidable corto protagonizado por el actor José Luis López Vázquez y dirigido por el cineasta Antonio Mercero. ‘La cabina’ será un monumento que ha sido construido ex profeso por la Fundación Telefónica que acogió dicha iniciativa vecinal.

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Este poste ya ha sido inaugurado y en la placa conmemorativa que le acompaña se puede leer los siguiente: «El Ayuntamiento de Madrid, como homenaje a la película ‘La cabina’ y su director, Antonio Mercero, por su contribución a hacer de Madrid una ciudad de cine y un referente cultural». Gracias al séptimo arte, al menos una cabina sobrevivirá en el corazón de Madrid.