Morir sin ver terminada tu obra maestra, una desgracia que le sucede a muchos artistas. Isidro González Velázquez falleció sin haber terminado la fuente egipcia situada en El Retiro, una fuente monumental levantada en el lado meridional del Estanque Grande dedicada al dios Osiris.
¿Pero qué hace una fuente egipcia en el famoso parque madrileño? Su presencia se debe a una moda que durante el siglo XVIII predominó en muchas de las capitales de Europa. Tras la Guerra de la Independencia el Parque del Retiro fue reconstruido por completo, dándole un nuevo aspecto que mantiene en la actualidad.
El rey Fernando VII fue quien encargó al artista Isidro González que realizase dicha obra ornamental con el objetivo de que El Retiro mostrase un aspecto más actual, por lo que se decidió seguir la temática del momento: el mundo egipcio. Sin embargo, su historia está marcado por los 31 años que tardó en construirse, a pesar de que no se trata de un obra demasiado compleja.
“SU HISTORIA ESTÁ MARCADA POR LOS 31 AÑOS QUE TARDÓ EN CONSTRUIRSE”
La actual fuente egipcia carece de su figura más destacada, una réplica de Osiris que presidía en la parte superior del conjunto escultórico. En el año 1922 dicha estatua fue robada junto a las esfinges que coronan los costados de la fuente, por lo que las que se encuentran hoy en día son réplicas de las originales.
La tripona, la gorda, la canopa o la fuente de Osiris; con todos estos nombres se conoce a la fuente del Parque de El Retiro que pasa desapercibida para muchos madrileños. En su parte superior podemos observar un pequeño trozo de una columna que sujetaba la estatua de este dios egipcio.
Como se ha mencionado anteriormente, el conjunto escultórico tardo una treintena de años en finalizarse, siendo Alfonso Rodríguez quien concluyó la obra en el año 1850. En el plano inicial se contemplaba que la figura estuviese acompañada de un estanque en su parte superior juntos a dos norias, sin embargo éstas fueron sustituidas por depósito cerrado.
En el centro de esta curiosa fuente destaca una hornacina con un busto vaso canopo, un recipiente funerario empleado por los egipcios en el que se depositaba las vísceras de los difuntos que posteriormente pasarían a ser momias. Debido a la forma redonda del recipiente se la conoce como Fuente de la Tripona, ya que a simple da la sensación de que fuese la tripa del dios representado.
Su nombre original según los planos del autor Isidro González Velázquez era Fuente del Ídolo Exipcio aunque con el paso del tiempo su nombre cambió al actual con el que conocemos la fuente, Fuente Egipcia del Dios Canopo o simplemente Fuente Egipcia.
FUENTES DE INSPIRACIÓN DEL AUTOR
Por el aspecto de la construcción, González Velázquez pudo haberse inspirado en las obras egipcias y neoegipcias de Roma durante su formación en el país italiano. Encontramos similitudes de su obra en la Villa Borghese y en la Villa Albani, en la que se pueden observar a esfinges que custodian vasos canopos. Además, la Villa Adriana también situada en Italia posee el Antínoo como Osiris que es probable que le sirviese como ejemplo para realizar su escultura principal.
Una fuente que destaca por el cromatismo de sus materiales y que supuso la transformación de El Retiro en un lugar donde predominase lo novedoso y lo exótico. La obsesión de Fernando VII por el mundo de Napoleón le llevó a centrarse en el mundo egipcio intentando replicar los monumentos que Francia llevaba a cabo en honor a Egipto. Una construcción con un carácter muy personal cuya historia se remonta hace dos siglos atrás.
