El libro que recorre la historia de Madrid a través de sus billetes de metro

La historia del metro de Madrid es la historia de la ciudad. Los más de 100 años de actividad del transporte predilecto de la capital han quedado recogidos en el libro Breve historia de los billetes, abonos y pases del Ferrocarril Metropolitano de Madrid (1919-2019). Se trata de una curiosa retrospectiva que recorre las distintas formas que han adoptado los billetes de metro a lo largo de estas diez décadas. La obra, gratuita, se puede descargar en la página web del Consorcio Regional de Transportes (CRTM).

La pieza es un curioso ejercicio de costumbrismo. La evolución de estos papelillos tintados son reflejo de los cambios acelerados que sucedían en la superficie. Se ofrecen valiosos documentos gráficos. Por ejemplo, el primer modelo de billete. Datado en 1919, recién inaugurada la institución (por aquel entonces llamada Metropolitano Alfonso XIII). El precio era de 15 céntimos de peseta en segunda clase y de 20 en primera. 0,0009 euros (sin ajustar a la inflación).

Hay ejemplares de virtualmente todos los años hasta nuestros días. Los destinos de la ciudad se pueden leer en estos pequeños trozos del pasado. Billetes de ascensor de 1929 (a 5 céntimos la pieza), pases de libre circulación para el médico de la compañía y para periodistas, suplementos singulares y dobles para cambiar de estación… Herramientas hoy olvidadas, imprescindibles en la rutina de otros tiempos. Un paseo por el ayer, con sus letras irregulares y su papel pardusco. Los principales episodios de la historia reciente de Madrid están, de una u otra forma, retratados en su metro.

METRO DE GUERRA

También la triste guerra. Un boleto amarillento de 1937 que reza la palabra guerra a la vera del precio, que seguía siendo de 15 céntimos. Otro de 1938, impreso en horizontal y adornado con una franja roja. Presumiblemente, las bombas y el hambre obligaron a bajar los precios. Ahora costaba 10 céntimos. Los llegó a haber incluso de 5. Durante la breve etapa republicana, la compañía pasó a llamarse Metropolitano de Madrid, prescindiendo del nombre del último monarca alfonsino. Curiosamente, ya no volvería a recuperarse la alusión al rey. Durante el franquismo, en los billetes se leía Compañía Metropolitana de Madrid. Los primeros recogidos en el libro de esta etapa son un billete de ascensor Serie A de 1949 y un pase nominal para un inspector de la compañía.

A partir de la década de 1950 ya se puede apreciar claramente el aumento de precios. Fue la época en la que se estandarizó el coste del trayecto. Hasta entonces había sido variable dependiendo del punto de partida y destino. Por ejemplo, un billete de 1955, expedido en la estación de Sol, costaba 60 céntimos de peseta.

Es también cosa curiosa lo de los pases de libre circulación. Tradición metropolitana lo de que ciertos gremios tengan acceso gratuito (o con coste reducido). Es algo que se ha mantenido a lo largo de toda la historia. Por ejemplo, algunos periodistas, médicos que trabajaban para la compañía, o incluso magistrados tenían esta identificación especial. Algunas son realmente curiosas. Una de 1930 perteneciente a Don Arturo Osuna, director del periódico Madrid. Otra de 1961, a nombre del Presidente de Sala del Tribunal Supremo de Madrid. Pequeños visillos para observar, desde lo diminuto, momentos de otras vidas. De gente que significaba algo y ocupaba un lugar, aunque ya nadie se acuerde.

Además, también hay constancia de exponentes más modernos, que serán familiares hasta para los más jóvenes. El primer billete que muestra la archiconocida banda magnética es de 1979. El primer abono transporte, de 1982. Incluso billetes conmemorativos, como uno de 1989 adornado con pinturas de Goya. Un curioso y emotivo paseo por una ciudad centenaria a través de sus raíles. Historias contadas entre traqueteos y transbordos.