Cuestionan a un joven por su peso en el Aquopolis de Madrid

Las altas temperaturas registradas en la Comunidad de Madrid este fin de semana han obligado a muchos madrileños a buscar planes alternativos para poder sobrellevar el sofocante calor. Domingo, la temperatura máxima en la capital rozando los 42 grados, y qué mejor plan que acudir a un parque acuático para pasar un día tranquilo entre amigos.

A simple vista, un plan perfecto pero que se vió truncado para Miguel Encinoso, un joven canario residente en Madrid, que tras su paso por el Aquopolis de Villanueva de la Cañada vivió una situación que le hizo sentir vergüenza y humillación. Y de ello quiso dejar constancia en su cuenta de Twitter donde relató todo lo sucedido.

Al otro lado del teléfono el joven, cuenta a Qué! Madrid cómo se desarrollaron los hechos. Todo transcurría con total normalidad hasta que tras hacer una serie de importantes colas para montarse en las atracciones que ofrece dicho parque temático, se encontró con el alto del operador a cargo de una de ellas. Para poder montarse en ella, debía pesarse antes. “Yo entiendo que haya unas medidas de seguridad, para mí el problema es que se haga público”, relata.

SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD

Como bien destaca Miguel, se debe tener en cuenta la exposición en la que se encuentran los usuarios y la presencia de cientos en el momento mientras esperan a que llegue su turno para disfrutar de las atracciones. “Estás en bañador, es un momento de vulnerabilidad y esa situación hace que todo el mundo, inevitablemente, te mire y cuestione tu cuerpo”, apunta. Y aunque insiste en la importancia de seguir el protocolo de seguridad, y asegura que así se cumple, no cree que se esté haciendo de forma correcta.

Escancio, como sanitario, resalta la importancia de ir más allá.”No sabes lo que hay detrás de cada persona, el parque no tiene por qué saberlo, pero a una persona con un cualquier problema o transtorno alimenticio en una situación así, moralmente se le puede hacer mucho daño”, señala. Él asegura haberse sentido dolido y algo humillado, pero a sus 30 años, se considera mentalmente fuerte para sobrellevar una situación así.

LA VERSIÓN DEL PARQUE

El Aquopolis de Villanueva de la Cañada no tardó en darle respuesta a los tweets y le indicaron que se trataba de los requisitos de seguridad que conllevan las atracciones y que deben cumplir escrupulosamente. Algo que Encinoso no cuestiona y entiende, pero no en la forma en las que lo llevan a cabo. “Creo que tiene que haber autocrítica y si hay algo mejorable, que se haga”, señala. Para él todo hubiese cambiado si se hubiese hecho de forma privada.

Según nos confirma, la responsable de comunicación del parque se ha puesto personalmente en contacto con él para conocer su versión, así como el director del Aquipolis. Después de escucharle con mucho interés le han detallado que se trata de los protocolos que deben seguir, algo que no parece convencer al joven sanitario, pues “el que lo viví allí fui yo”.

Arantxa Orusco, responsable de comunicación de los parques temáticos de Madrid, asegura a este medio lamentar mucho el mal momento que vivió el joven en el Aquopolis pero que ellos “no obligan a nadie a pesarse delante de nadie”, y apunta que cada atracción cuenta con una báscula en la entrada, para que no tengan que esperar la cola, y otra justo antes de montarse. Donde Miguel asegura haberse visto obligado a hacerlo por parte del técnico.

Según nos detalla Orusco, todas las atracciones conllevan por parte del fabricante unos requisitos para su uso, tales como altura y peso. En todas se informa previamente a los visitantes de las características de las mismas señalando tanto peso máximo como altura máxima y mínima. Y sobre lo que Miguel no puede confirmarnos, “yo en ningún momento vi nada sobre el peso, pero puede que fuesen los nervios”, asegura.

Sin embargo, por parte de la organización señalan que antes de acceder a cada atracción los usuarios pueden consultar, a través de cartelería, los requisitos para acceder a las mismas. Y aquellos visitantes de que tengan dudas, pueden comprobarlo a través de la báscula. “Son las herramientas que tenemos y es la única forma que tenemos de gestionar que haya seguridad”, señala Osoro.

Y como última comprobación, es la labor del operador asegurar de que todos los visitantes que han accedido a la atracción cumplan los requisitos. Como lo hizo con Miguel, quien solo pide que se señalice de forma más clara y que cada uno se de por aludido o no. Y es que no todo el mundo es consciente de su peso y no debería ser cuestionado por ello.