Súbete al Tren de la Fresa y vive un precioso trayecto de Madrid a Aranjuez

¿Alguna vez has montado en el tradicional Tren de la Fresa? Este tren es un clásico del turismo madrileño y un auténtico viaje en el tiempo.

Se trata de una excursión cultural de lo más interesante, la cual permite disfrutar del precioso recorrido Madrid-Aranjuez a bordo de un tren histórico, además de una magnífica jornada en la ciudad de Aranjuez.

Esta localidad es famosa por sus exquisitas fresas -de ahí el nombre- y, por si fuera poco, está declarada Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2001.

A continuación, te dejamos las fechas previstas para el mes de junio y las que se sucederán a partir del mes de septiembre. Solo te anticipamos una cosa: los billetes salen a la venta el 7 de junio.

El tren inicia su recorrido desde el Museo del Ferrocarril, localizado en el céntrico Paseo de las Delicias nº61. No te lo pienses demasiado, porque ya podemos escuchar en la lejanía la famosa frase “¡Pasajeros al tren!”.

Historia del tren

Súbete al Tren de la Fresa y vive un precioso trayecto de Madrid a Aranjuez
Súbete al Tren de la Fresa y vive un precioso trayecto de Madrid a Aranjuez

En el año 1851, Isabel II inauguró el primer trayecto ferroviario de la Comunidad de Madrid y el segundo de la Península, con el objetivo de unir el Palacio Real de Aranjuez con la capital.

Este trazado, que en un principio se construyó con la intención de unir Madrid con el mar Mediterráneo, concluía en la estación de Aranjuez. Sin embargo, para mayor comodidad de la realeza, se prolongó hasta el citado Palacio de Aranjuez.

Desde el año 1984, el Tren de la Fresa -cuyo nombre entenderás más adelante- homenajea este revolucionario invento, que simboliza la llegada de la industrialización a nuestro país.

El tren está formado por una composición de dos coches ‘Costa’; un coche de departamentos de la serie 5000, de los primeros metálicos que construyó RENFE en los años 40; y dos furgones de la década de 1960, un J-2 y un DV.

La ruta parte del Museo del Ferrocarril de Madrid, ubicado en la antigua estación de las Delicias, que constituye uno de los ejemplos más significativos de la llamada ‘arquitectura del hierro’ del siglo XIX.