En el imaginario colectivo asociamos al madrileƱo mĆ”s castizo con su tradicional traje de chulapo y chulapa. Lo que muchos no saben es que esta indumentaria naciĆ³ de un pique entre barrios.
Conoce quiƩnes fueron los manolos y manolas, los chulapos y chulapas, los isidros, los chisperos y los goyescos. AdemƔs, descubre todos los secretos del traje tradicional madrileƱo.
EL PIQUE QUE DIO LUGAR A LA IDENTIDAD MADRILEĆA
El origen de los madrileƱos como pueblo no estĆ” tan lejano. La casa de todos no tenĆa ese sentimiento de pertenencia que podrĆan tener ciudades mĆ”s antiguas que Madrid. Sus habitantes provenĆan de todas las partes de EspaƱa y los madrileƱos, aĆŗn no se sentĆan como tal.
Sin embargo, a medida que crecĆan los barrios, junto a ellos nacĆa una identidad que perdurarĆa hasta nuestros dĆas. Como en todas las regiones, cada uno de los barrios madrileƱos tenĆan cierto pique entre ellos.
Para diferenciarse unos de otros, los vecinos de estos barrios empezaron a vestirse de manera diferente. TambiĆ©n se les conocĆa con nombres diferentes.
Por un lado, estaban los Manolos de LavapiĆ©s. En este barrio vivĆan gran parte de los conversos, tanto judĆos como musulmanes. Quedarse en EspaƱa suponĆa cambiar de religiĆ³n. Para que no quedara duda, demostraban a diario los grandes cristianos que supuestamente eran.
Por este motivo, muchos de ellos llamaron a sus hijos Manuel, como el hijo de Dios. Tantos habĆa en el barrio que a los vecinos se les empezĆ³ a conocer como ālos Manuelesā. Y de ahĆ, vienen los manolos y manolas.
ser un ‘isidro’ era ser un cateto
Por otro lado, estaban los chisperos. En las calles de Barquillos, San AntĆ³n y Maravillas se concentraban la mayorĆa de las herrerĆas de Madrid. Muchos de los vecinos del barrio se dedicaban a esta profesiĆ³n. Las chispas que soltaban los yunques les dieron esta denominaciĆ³n.
Si te llamaban āIsidroā, te estaban insultado. āIsidroā era sinĆ³nimo de cateto. Se utilizaba para hablar de los agricultores que llegaban a la capital a celebrar San Isidro. Estos vestĆan de pana y refajo, con un montĆ³n de productos de matanza en los hombros.
“CHULAPOS: CHULOS Y GUAPOS”
Los chulapos, por su parte, eran los vecinos del antiguo barrio Maravillas, el actual MalasaƱa. La mayorĆa de ellos pertenecĆan a las clases populares. Planchadoras, modistas, verduleras, tabacaleras eran todas aquellas primeras chulapas.
El origen de este traje viene de una necesidad de reivindicar su posiciĆ³n de clase popular frente a la aristocracia madrileƱa. Esta indumentaria, por tanto, es mucho mĆ”s que ropa, es toda la reivindicaciĆ³n y afirmaciĆ³n de un pueblo.
āChulapos, chulos y guaposā, dicen mucho. Y no les falta razĆ³n. La chulerĆa de los chulapos y chulapas es parte fundamental del traje. Esa pose chulesca y esa altanerĆa son casi tan caracterĆsticas como los mismos claveles. Hay historiadores que dicen que muchos de ellos eran hasta delincuentes.
muchos ‘chulapos’ eran delicuentes
El pique entre ‘chulapos’ y ‘manolos‘ quedaban patente en las calles de aquel Madrid de finales del siglo XIX y principios del XX. Finalmente, como se ha podido ver, los que perduraron en la historia son aquellos que aĆŗn siguen paseĆ”ndose por la villa mĆ”s castiza.
LOS CHULAPOS Y SU SINGULAR VOCABULARIO
AdemĆ”s de una chulerĆa innata, los chulapos madrileƱos tienen su propio lenguaje. Para ello solo hay que repasar las prendas que forman parte de esta castiza indumentaria.
cada prenda del traje de chulapo tiene su propio nombre
La inconfundible gorra se llama parpusa. Esta se hace con tela de pequeƱos cuadros blancos y negros. En la parte frontal tiene una pequeƱa visera que la hace Ćŗnica y la distingue de otro tipo de boinas.
El safo es el paƱuelo blanco que se anuda al cuello de forma seƱorial. La chaqueta de pata de gallo es la maƱosa o la chupa. El tradicional chaleco se conoce como Gabriel. La babosa es la camisa blanca y los alares los pantalones, siempre negros. Por Ćŗltimo, los zapatos son los calcos.
El chaleco, o Gabriel, contiene dos bolsillos pequeƱos. Esta diseƱados para guardar el reloj. Lo cierto es que es el sitio ideal para meter los pulgares y realizar esa pose tan chulesca y tan caracterĆstica de los chulapos.
Por supuesto, nunca jamĆ”s puede faltar el clavel en la solapa. Sin duda, la pieza mĆ”s importante y mĆ”s caracterĆstica que puede portar un chulapo de pro.
EL LENGUAJE DE LOS CLAVELES
El traje de las chulapas es mĆ”s vistoso, pero mĆ”s sencillo. El vestido es el famosĆsimo āvestido chinĆ©ā. Junto a Ć©l, el mantĆ³n de manila cuelga sobre los brazos. El paƱuelo en la cabeza remata la indumentaria.
Otra de las claves del traje es el clavel. En el caso de la mujer, este tiene un lenguaje totalmente propio. El color y el nĆŗmero de claveles sobre la cabeza determinan el estado civil de la chulapa.
los claveles determinan el estado civil de las chulapas
Las viudas deben llevar tres claveles: dos rojos y uno blanco. A las casadas se las identifica porque llevan dos claveles rojos. Las solteras, dos blancos. Si lleva dos claveles, uno de cada color, eso significa que estĆ” comprometida. Por Ćŗltimo, las niƱas siempre llevan el clavel de color rosa.
LAS VERBENAS DONDE SE LUCEN LOS CHULAPOS
Los chulapos y chulapas de Madrid han sido inmortalizados en numerosas zarzuelas y coplillas que aĆŗn hoy suenan por las calles de la capital. El vestido chinĆ©, las verbenas y esa chulerĆa aparecen en las letras de los grandes coplas.
las grandes zarzuelas estƔn protagonizadas por chulapos
Frente a todos los demĆ”s, la hegemonĆa de los trajes de los chulapos y chulapas madrileƱos es clara. Al final se impusieron a otros igual de famosos en su tiempo como los de goyesco y goyesca.
El chotis es otro de los complementos de esta indumentaria madrileƱa. Los chulapos salen a bailarlo a las calles de Madrid en fiestas tan importantes como San Isidro, las fiestas de San Antonio de la Florida o las castizas verbenas de agosto de San Cayetano, San Lorenzo o la Paloma
Preservar este sĆmbolo madrileƱo es tarea de todos. Cada vez que una chulapa sale a la calle se mantiene vivo el recuerdo de todos aquellos vecinos que en su tiempo quisieron reivindicar que, ante todo, eran madrileƱos.