Cuando paseas por AntĂ³n MartĂn, justo al lado del mercado del barrio, florece una bonita fachada que hace que cualquiera se gire cuando pase delante de ella. Este es el Cine Dore.
Dore, DorĂ©, Do-re. Con 107 años de historia aĂºn no sabemos cuĂ¡l es el origen de su nombre. Conoce la historia de este famoso cine que pasĂ³ de brillar a ser “el palacio de las pipas” de Madrid.
Cuando Madrid era toda una fiesta
A principios del siglo XX Madrid era una fiesta. Hasta los propios altos mandos lo sabĂan, por eso querĂan despojar a la vieja villa de su carĂ¡cter mĂ¡s castizo para convertirla en una ciudad puntera en el mundo.
Para ello se empezĂ³ a remodelar toda la capital. El proyecto mĂ¡s ambicioso fue la construcciĂ³n de la Gran VĂa, pero no el Ăºnico. Circos, teatros, zoos… todo era poco para esta nueva ciudad que empezaba a despuntar en Europa.
Uno de los espacios mĂ¡s cotizados fueron los cines. El primero que se instalĂ³ en Madrid data del año 1896. Se encontraba en la Carrera de San JerĂ³nimo. En seguida se fueron expandiendo por casi todas las calles de la capital.
En el año 1912, en el barrio de AntĂ³n MartĂn habĂa un solar con las ruinas de un antiguo hospital. El empresario Mariano Tejero RuĂz decide invertir y monta un centro de variedades donde se ofrecĂa desde teatros hasta conciertos.
Sin embargo, diez años despuĂ©s, este centro un poco ilegal porque no tenĂa licencia, decide reconvertirse para ofrecer el espectĂ¡culo mĂ¡s famoso del momento: el cine.
Dore. Doré. Do-re.
Es muy curioso el origen del nombre de este cine, ni si quiera se sabe cĂ³mo se pronuncia. Numerosos historiadores aĂºn no se ponen de acuerdo pues existen tres versiones de la elecciĂ³n de esta denominaciĂ³n.
La primera versiĂ³n dice que este cine copiĂ³ su nombre. HabĂa un cine en las Ramblas de Cataluña que se llamaba ‘Gran SalĂ³n Cine DorĂ©’ con una gran fachada modernista. Directamente se tomĂ³ el estilo y el no nombre.
Otros estudiosos de la historia de este cine dice que el nombre de esta sala es un homenaje al artista francés Gustave Doré. Este era un grabador e ilustrador muy famoso en la época.
Por Ăºltimo, la Ăºltima versiĂ³n dice que, en realidad, no hace falta remontarse a grandes nombres. ‘Do’ y ‘re’ son las dos primeras notas musicales. Por ello, se tomĂ³ directamente de aquĂ.
Aunque la primera es la mĂ¡s creĂble, lo cierto es que actualmente nadie se pone de acuerdo sobre cuĂ¡l es la buena. Ante la duda, la mayorĂa de la gente lo pronuncia como ‘DorĂ©’.
Los años de oro del Cine Doré
El arquitecto CrĂspulo Moro convertirĂa esa sala de variedades en todo un cine. Para construirlo se apostĂ³ por el estilo modernista, que era el que se llevaba en el Madrid de la Ă©poca.
La famosa fachada que hoy luce el Doré viene de aquel tiempo, aunque tuvo que sufrir muchas remodelaciones a lo largo de los años pues, la historia de este cine no ha sido sencilla.
El Cine DorĂ© se convertirĂa en el quinto cine de Madrid. Hoy en dĂa es la sala en activo mĂ¡s antigua de España, con 107 años de historia entre sus rojas butacas. ‘Don Quijote’ de Camile Morlhon fue la primera pelĂcula que se proyectĂ³ aquĂ.
El edificio contaba con dos plantas que podĂan albergar hasta 1250 espectadores. TambiĂ©n tenĂa un jardĂn, una terraza que daba a la calle Santa Isabel y hasta una sala de fumadores.
En sus primeros años era uno de los cines mĂ¡s famosos de Madrid. SegĂºn los informes que recoge, debiĂ³ ser un negocio prĂ³spero que le permitiĂ³ realizar numerosas remodelaciones en su interior.
Del gran DorĂ© al “palacio de las pipas”
A pesar de todo, el Cine DorĂ© fue perdiendo todo su brillo con los años. La Guerra Civil fue uno de los detonantes de su declive. A pesar de ella, allĂ seguĂan acudiendo los madrileños para olvidar el tormento que vivĂan fuera de sus butacas.
En los años 40 la decadencia era mĂ¡xima. Sus propios directores ni siquiera se molestaban en publicar la programaciĂ³n del dĂa. La gente iba allĂ “a ver quĂ© echaban”, sin esperar mucho mĂ¡s.
En los años 60 ya ni siquiera se estrenaban pelĂculas. Solo se proyectaban reestrenos. El esplendoroso DorĂ© pasĂ³ a ser una cine de barrio cualquiera. En este momento se ganĂ³ el sobrenombre de “palacio de las pipas”.
La fachada se fue deteriorando igual que se abandonaban las calles del barrio de AntĂ³n MartĂn. El DorĂ© que tanto brillĂ³ en los años veinte se iba apagando hasta que en 1963 cerrarĂa (casi) definitivamente.
Los vecinos que salvaron su cine
Tras el cierre en los años 60, el Cine DorĂ© dormitĂ³ en la sombra durante mĂ¡s de un cuarto de siglo. Nadie se acordaba de aquel edificio que se encontraba a los pies del mercado de AntĂ³n MartĂn.
En los años 70, debido a su inutilidad y su mal estado, se pensĂ³ en derribarlo. En ese momento, los vecinos del barrio alzaron la voz pues no estaban dispuestos a quedarse sin su querido “palacio de las pipas”.
El DorĂ© se salvĂ³ gracias a los madrileños. Gracias a este activismo, en 1982 el Ayuntamiento de Madrid decide comprar el edificio despuĂ©s de cedĂ©rselo al propio Ministerio de Cultura.
AquĂ se instalarĂa la filmoteca de España. Tras una remodelaciĂ³n que le devolverĂa el esplendor de sus años dorados, el DorĂ© volverĂa a abrir sus puertas al pĂºblico tal dĂa como hoy, el 28 de febrero de 1989.
La filmoteca de España, el refugio de los amantes del cine
La filmoteca de España guarda autĂ©nticos tesoros relativos a la producciĂ³n del sĂ©ptimo arte en nuestro paĂs. Tan solo hace falta 3€ para poder disfrutar de todas estas joyas es un espacio totalmente de cuento.
Las butacas rojas a doble altura contrastan con unas paredes de un azul brillante que te trasladan a otra Ă©poca. Ver una pelĂcula en el DorĂ© es una doble experiencia: por lo que ves en la pantalla y por lo que tienes alrededor.
AquĂ no se proyecta pelĂculas convencionales ni estrenos de Ăºltima hora. El DorĂ© es la casa del cine de culto y de los amantes de este arte que desde sus inicios sirviĂ³ como refugio para una sociedad que sufrĂa los sinsabores de la vida real.
AdemĂ¡s, nada mĂ¡s entrar te encuentras con una preciosa cafeterĂa que te da la bienvenida a este lugar mĂ¡gico. Los azulejos azules y blancos te dan la mano antes de entrar a disfrutar de sus dos salas de proyecciĂ³n.
Es imposible no pasear por la calle Santa Isabel y no girar la cabeza hacia la fachada del Cine DorĂ©. Ahora nos toca a nosotros no dejar que vuelva a caer en el olvido aquel “palacio de las pipas” que nunca dejĂ³ de brillar.