Filomena sigue dando de qué hablar. La Comunidad de Madrid ha habilitado un fondo extra dentro del Programa de Inversión Regional (PIR) para que los ayuntamientos soliciten una ayuda para paliar los daños causados por la nevada.
Así lo ha anunciado David Pérez (PP), Consejero de Vivienda y Administración Local de la Comunidad de Madrid en una visita a Rascafría para comprobar los efectos de la borrasca Filomena en la zona.
El PIR: el gran programa de la Comunidad de Madrid
El Programa de Inversión Regional de la Comunidad de Madrid es un proyecto de gastos e inversiones que se desarrollará en el periodo comprendido entre los años 2021 y 20215.
Este programa contempla, entre otras cosas, la financiación del gasto corriente de los municipios. En el participan todos los municipios de la Comunidad de Madrid, exceptuando la capital.
La financiación es doble. Por una parte, el presupuesto sale de las arcas de la propia comunidad, además de un aporte de los ayuntamientos de los municipios participantes que tengan más de 2.500 habitantes.
El proyecto actual cuenta con un presupuesto total de 1.000 millones de euros a repartir entre los 178 ayuntamientos de la Comunidad de Madrid que se han adscrito al proyecto.
Este dinero se suele destinar a favorecer el empleo y el desarrollo económico de la región. Además, también sirve para financiar proyectos urbanísticos y de mejora para las instalaciones de los respectivos municipios.
El objetivo es garantizar el equilibrio intermunicipal y repartir los fondos económicos de la Comunidad de Madrid entre los municipios que más lo necesiten. Así tienen la oportunidad de ser competitivos frente a otros de un tamaño mayor.
Además, otro de los grandes pilares es garantizar que los servicios de competencia municipal se presten con todas las garantías de calidad en todos los municipios de Madrid.
Ayudas contra los efectos de Filomena
Un total de 30 millones de euros de este programa estarán directamente destinados a reparar todos los daños causados por la borrasca Filomena en los distintos municipios madrileños.
La nevada provocó numerosos desperfectos en infraestructuras e instalaciones municipales cuya reparación corre a cargo de las instituciones municipales, muchas de ellas sin los fondos suficientes.
El presupuesto que otorga la Comunidad de Madrid se concede en función de los habitantes con los que cuente en el municipio en cuestión. Por ello, los más pequeños se ven con unos recursos más limitados.
Cuando ocurre un imprevisto como el que supuso la gran nevada producida por la borrasca filomena, las cuentas no salen y de ahí la importancia de la financiación mediante proyectos como el Programa de Inversión Regional de la Comunidad de Madrid.
El motor económico de Rascafría
Rascafría es un gran ejemplo de esos pueblos pequeños de la Comunidad de Madrid que necesitan ayuda para su desarrollo. Actualmente cuenta con poco más de 1.500 habitantes.
El Gobierno Regional ha invertido en este municipio 2.5 millones de euros que salen del PIR 2016-2019. Más de medio millón de ellos se ha destinado a sufragar el gasto corriente del pueblo.
Entre los proyectos a los que se enfrenta Rascafría está la reconversión del granero de Oteruelo del Valle en el Museo Luis Feito, cuyas obras se encuentran ya bastante avanzadas.
También se hará realidad la construcción de un nuevo hogar del jubilado y un eficio polivalente para el disfrute de todos los vecinos del pueblo. Su construcción comenzará en breves.
David Pérez, con motivo de su visitado, ha mostrado el apoyo de la Comunidad de Madrid a un proyecto que pretende la reconversión del antiguo Hotel de El Paular en un Parador Nacional.
El consejero ha señalado “la importancia de recuperar este espacio como Parador Nacional, que atraiga nuevamente el interés turístico tan necesario en la zona del alto valle del Lozoya. El fin e que sea de nuevo un motor económico en la comarca y contribuya a recuperar lo más de doscientos habitantes que ha perdido Rascafría desde que el hotel cerró.
El famoso hotel cerró hace casi diez años. Este formaba parte de un monasterio cartujo que data del siglo XIV. Desde que abrió, se convirtió en un gran motor económico de la zona, con más de 50 empleados fijos. Desde su cierre, la despoblación de Rascafría ha sido más que evidente.