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Boadilla recuerda junto a la Comunidad Judía de Madrid a las víctimas del Holocausto

El Ayuntamiento de Boadilla del Monte y la Comunidad Judía de Madrid han conmemorado hoy el Día de la Memoria del Holocausto, fijada por Naciones Unidas el 27 de enero, fecha en la que se liberó el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau.

En el acto, en el que han participado el alcalde de la localidad, Javier Úbeda, la presidenta de la Comunidad Judía de Madrid, Estrella Bengio, y el director del Centro Sefarad-Israel, Miguel de Lucas, se ha procedido al encendido de seis velas:  

  • En memoria de los seis millones de judíos asesinados en guetos, persecuciones y campos de concentración.
  • En memoria del millón y medio de niños judíos asesinados por los nazis.
  • En honor y en memoria de los miembros de las diferentes minorías que padecieron la barbarie nazi: gitanos, personas con discapacidad, homosexuales, Testigos de Jehová, republicanos españoles y otros colectivos.
  • En nombre de toda forma de resistencia y en honor a los Justos entre las Naciones, y aquellos a quienes a riesgo de sus vidas salvaron a miles de perseguidos.
  • En honor a los supervivientes que rehicieron sus vidas en Israel y en la diáspora.
  • En honor a la preservación de la memoria de las víctimas del Holocausto y de los Justos entre las Naciones; por la ineludible responsabilidad de luchar contra el negacionismo, rechazar el odio,         combatir la indiferencia y elevar los principios de la convivencia y de la vida misma.

Tras el encendido de las velas, se ha guardado un minuto de silencio por las víctimas del Holocausto.

El Alcalde ha señalado en su intervención la necesidad de recordar  los efectos de las ideologías totalitarias y excluyentes para evitar que los momentos más negros de la historia de Europa se repitan; a la vez ha remarcado que debemos “comprometernos con la defensa de nuestras instituciones democráticas, de las que depende la libertad. Libertad y dignidad humana que son dones por los que siempre habrá que luchar”.

Recientemente, Meirav Kmpeas-Riess, profesora de Infantil, escritora y conferenciante ha escrito un texto para la memoria de su familia que murió en las cámaras de gas en campo de Auschwitz y en honor a su querida abuela Edith que logro a sobrevivir este horror, rehacer su vida y vivir feliz hoy con 97 años.  

IMAGINAR Y RECORDAR

Imagínate un mundo sin ego, razas y guerras de religiones, imagínate el mundo sin la segunda guerra mundial, donde el holocausto no hubiera sucedido, un mundo en el que no murieron más de 6.000.000 de judíos en sus casas, en la calle, en los bosques y en las cámaras de gas.

¿Cómo sería el mundo hoy?

La imaginación no tiene limitad, hasta es capaz de devolvernos la esperanza, algo que nunca debemos de perder.

La imaginación es una manera de proyectar y pensar en soluciones, mejorar cosas que no funcionan bien y traer novedades a nuestra vida.

Pero la imaginación no puede retroceder en el tiempo, borrar la historia y la memoria de algo tan grande y bárbaro cómo el holocausto.

Ahora es el momento de dejar de imaginar y salir a la acción. Invertir en unas de las herramientas más potentes que creyó el ser humano ¨La Educación¨.

Utilizar la imaginación dentro de la educación, nos permite preguntar a los alumnos importantes cuestiones, como ¿qué dirías si ves a un líder llamando a la población a mal tratar a una minoría en su país?, ¿qué pesarías si prohibieran a algunos de tus mejores amigos ir al colegio porque pertenecen a otra religión?

Tenemos que lanzar estas preguntas difíciles para que nuestros niños piensen en soluciones, les permitan generar compasión y empatía y que, en su crecimiento, ser personas incapaces de hacer daño a otro ser humano.

La educación en valores puede ayudarnos a formar personas con ¨valor¨ ósea con fuerza interior que no se refleja en su tamaño de musculación corporal, sino en el tamaño de sus corazones.

Sin duda estamos viviendo unos de los momentos más complicados debido a la pandemia mundial y con ella, sale a la luz lo bueno y lo malo de nuestra sociedad.

Somos pocos los que hoy nos paramos para recordar algo que paso hace 75 años en nuestro mundo. Tenemos el deber colectivo de educar a nuestras futuras generaciones desde el conocimiento que todos los seres humanos padecemos los mismos miedos, soñamos con cosas similares y buscamos ser felices.

Todos juntos pertenecemos a un gran tejido humano que en el están reflejados nuestras acciones y sus consecuencias, así que no rechacemos a nadie por su color de piel, creencias religiosas, nacionalidad, género o condición social.