Piden prisión para los dos vigilantes que expulsaron a dos hombres de un centro comercial en Fuenlabrada

La Fiscalía de Madrid solicita 18 meses de prisión para dos vigilantes jurados que expulsaron de forma “hostil” del centro comercial de Fuenlabrada donde prestaban servicio a una pareja de hombres que se encontraba en actitud “cariñosa” sin alterar el orden “ni cometer infracción alguna”.

En el escrito de acusación, el fiscal les imputa un delito de odio. El juicio se celebrará hoy en la Audiencia Provincial de Madrid.

El fiscal relata que el 4 de abril de 2017 Iván G. A. y Francisco Manuel S. M. se encontraban en el centro comercial Plaza de la Estación, de Fuenlabrada, prestando servicio. El primero como auxiliar de seguridad, y el otro en calidad de vigilante de seguridad.

Su tarea se limitaba a detectar posibles infracciones y alteraciones del orden en el interior del centro. Podían incluso realizar las advertencias, aunque era el vigilante de seguridad es que tenía la función de impartir órdenes al auxiliar sobre el modo de proceder “en función de la infracción o alteración cometida en cada caso”.

Ese mismo día, sobre las 19.00 horas, una pareja de hombres se encontraba, según relata la Fiscalía, en actitud “cariñosa” frente al local Susana Bix “sin alterar el orden ni cometer infracción alguna”.

Sin embargo, al percatarse de la presencia de la pareja, G. A. comunicó a su superior por emisora que acababa de avistar dos “códigos rosa”, en alusión a la orientación sexual de los afectados.

S. M., que podía observar todo lo que estaba ocurriendo a través de una cámara, autorizó a G. A. para que llamara la atención a la pareja por su comportamiento, pero fue más lejos y les requirió para que depusieran su actitud de “inmediato”.

A raíz de la instrucción impartida por su superior, el auxiliar de seguridad se les acercó en actitud “hostil” y de forma “humillante” les preguntó: “¿Os parece normal lo que estáis haciendo?”, para acto seguido decirles que “lo que hacéis es irrespetuoso, si os vuelvo a ver daros un beso os echo”.

G. A. continuó con su ronda, mientras la pareja siguió paseando por el centro comercial. Al verle de nuevo los dos hombres se le acercaron para reprocharle su conducta, a lo que el auxiliar de seguridad contestó: “existen unas normas que hay que cumplir, son órdenes que he recibido”. En ese preciso instante agarró del brazo a uno de ellos y le espetó: “os voy a echar”.

Poco después acompañó a la pareja hasta la salida del centro y comunicó a Francisco M. por emisora “me dispongo a sacar a los dos sujetos”.

La Fiscalía concluye que “la conducta de los acusados vino determinada por la orientación sexual de los perjudicados, los cuales se sintieron vejados y humillados por el trato recibido”.