El Museo del Prado reinventa la sala de El Bosco con más espacio y una iluminación personalizada

El Museo Nacional del Prado ha reabierto la sala 56 A del edificio Villanueva, dedicada al Bosco, y que ha permanecido cerrada desde que la emergencia sanitaria obligó al cierre temporal del Museo con un nuevo montaje museográfico que “permite una percepción más limpia de las piezas y una optimización del uso del espacio”.

Además, la sala cuenta con un monitor profesional que permite la sucesión animada de detalles de las obras expuestas con un tamaño, en algunos de ellos, hasta doce veces mayor que el original. El museo ha fabricado soportes nuevos para tres trípticos, una mesa vitrina y se ha instalado un nuevo sistema de iluminación, gráfica nueva y una pantalla que permitirá admirar detalles ampliados de las obras.

Si bien se mantiene la ubicación de las piezas en la sala, el museo entiende que el montaje anterior presentaba unas características formales “que requerían una actualización y mejora”, por eso, se modifica su presentación pública para ganar espacio de circulación para los visitantes, mejorar la accesibilidad a las piezas o personalizar la iluminación de los trípticos.

En este sentido, la reducción del tamaño de los soportes, “estéticamente más atractivos”, permite ganar espacio de circulación para los visitantes.

Asimismo, habrá una nueva gráfica, que aporta información sobre las obras del Bosco, consistente en textos explicativos individuales de cada pieza y un gran texto introductorio que, con un guiño al pintor, muestra su firma autógrafa como colofón.

En cuanto a la personalización de la iluminación de los trípticos, mejorará la percepción general de las obras expuestas, prestando especial atención a la correcta visión del reverso de sus alas. Además, el nuevo color de la sala, un verde más oscuro que en el anterior montaje, realza la gráfica y los tonos de las pinturas e incide más en la iluminación.

También se han instalado fundas de protección multirriesgos a medida (agua, fuego, polvo, humo) que se instalan mediante un procedimiento operativo de una duración máxima de 2,5 minutos y se combinan con diseño de bases de estabilización de los trípticos, reduciendo significativamente los tiempos de retirada de obras a lugar seguro, en caso de emergencia.

En 2016, la exposición temporal que el Museo dedicó al Bosco superó las 600.000 visitas y marcó un récord histórico en la institución. En 2019, más de 7.000 visitantes al día pasaron por la sala del Bosco, acumulando un total de dos millones y medio de visitantes al año. ‘El Jardín de las delicias’ es una de las cinco obras más escuchadas por los usuarios de audioguías del Museo, sólo por detrás de ‘Las Meninas’.