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El oro transparente que se pierde en los tejados de Boadilla

Ya han empezado las primeras restricciones de agua en la Comunidad de Madrid debido a la sequía que azota España, y ha sido el municipio de Cercedilla el primero en sufrirlas, pero si no cambia la tendencia serán más y también llegarán a Boadilla del Monte.

Lo primero que se restringe es el uso de agua potable de la red para el riego de calles, jardines y cultivos, limpieza de fachadas y lavado de vehículos y en el municipio de Cercedilla se han fijando sanciones que van desde los 750 hasta 1.500 euros.

Preguntado al respecto el presidente del Canal de Isabel II, Ángel Garrido, ha asegurado que “las reservas del Canal están al 57%”, “lo que supone un año de consumo” , unos datos que obligan a todos los ciudadanos a ser cuidadosos. Y quizás implementar nuevas opciones que ya son viables.

Hoy ya se conoce al agua como el oro transparente, y este recurso tan limitado será el que provoque guerras en el futuro, si la sociedad en que vivimos no es capaz de volver a utilizarla correctamente como ya se hacía hace muchos siglos.

La tecnología nos permite recoger las aguas pluviales y tratarlas adecuadamente, un sencillo paso para reducir nuestra factura, y  los 130 litros de agua potable por persona y día que es el consumo medio de un español. Un consumo de agua potable que cerca del 90% se utilizan en usos no alimentarios, como la ducha, el uso de WC, lavadoras, lavavajillas, jardines o la limpieza de la casa.

Si en Boadilla del Monte la media son 3,1 habitantes por vivienda, son cerca de 400 litros diarios de consumo por familia, pero esta cifra se puede reducir si el agua de lluvia se utiliza en una primera fase para regar los jardines y huertos, y la limpieza de suelos y fachadas, y con sistemas que ya requieren una instalación más compleja, para la alimentación de WC, lavadoras,…

Los profesionales estiman que un techo de 100 m² puede llegar a recoger en nuestro municipio un promedio de 25.000 litros de agua de lluvia, dependiendo del registro pluvial de ese año.

Recogerla es muy sencillo, añadiendo unas tomas a las bajantes de los canalones para conducirla a un depósito en la fachada o enterrado, para posteriormente mediante una sencilla bomba eléctrica, poder llevarla a los distintos puntos de la casa donde sea necesario.

Respecto a los costes que suponen, se pueden encontrar soluciones de recuperación de agua desde 80 €, hasta 2.000 € para aquellos más grandes y sofisticados, que ya incorporan una bomba eléctrica y mayor volumen de almacenaje.

Algunos vecinos del municipio ya han instalados sistemas sencillos para recoger el agua de lluvia y poder regar de una forma más sostenible sus jardines, pequeños huertos y sus macetas, pequeños ejemplos como el que ilustra el artículo que son solo el primer paso para una economía circular y sostenible en nuestro municipio.

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Como se observa en el esquema, utilizar dos modalidades de agua en nuestra vivienda no significa que se tengan que mezclar, es más, los especialistas aconsejan que esto no ocurra, y siempre sean dos circuitos diferentes.

Una vez que el agua recogida y filtrada llega al depósito (se recomiendan los modelos de hormigón que se instalan bajo el suelo para evitar el impacto visual y la generación de bacterias) gracias a la bomba de impulsión, podremos distribuir el agua recogida de la lluvia por la vivienda.