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Vuelven la ovejas a Boadilla del Monte

Alejandro Jiménez, un pastor vallisoletano de 64 años, como en años anteriores ha iniciado su camino hacia Boadilla del Monte con más de 2.000 ovejas merinas, como cada año para alegrar la vista a todos los que nos cruzamos a su paso y para reivindicar esta tradición milenaria.

Arranca desde tierras vallisoletanas, desde el bello municipio de El Carpio para traer su tradición, historia y vida a Boadilla del Monte, un viaje que defiende los más de 125.000 kilómetros de vías pecuarias que existen en España y que cada año son transitadas por ciclistas y paseantes, pero pocas veces por el ganado que las vio crecer, el mismo ganado que ha permitido que la flora mediterránea sea tan rica como la selva amazónica, gracias a llevar de una punta a otra de nuestro territorio, semillas de cada región.

Serán poco más de 200 kilómetros y poco más de 10 días, pero como cada año, serán por unas cañadas en las que se ha labrado, y se han hecho muchas barbaridades, una pasión que ha inculcado a su hijo y a su nieto, una experiencia solo apta para aquellos enamorados de la tierra, de los animales y del gusto por el andar suelto y ligero, un trabajo donde los perros siguen siendo su compañía más preciada.

El refranero español, sabio como pocos, tiene gran cantidad de entradas que recuerdan este trabajo y sus protagonistas, desde Cada oveja con su pareja; Al mejor pastor, el lobo le roba una oveja y Oveja que anda…bocado halla… no dejemos que se pierda esta historia tan auténtica nuestra y no dejaremos que se pierda el importante legado cultural que atesora.