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El arte de Cuenca

En una infancia más lejana de lo que me gustaría recordar, los veranos entre cáñamos entre La Alcarria y la serranía conquense, eran tranquilos lentos y pausados.

No ha cambiado mucho desde entonces y el viajero encontrará en este bello reducto, una de las zonas menos conocidas de la provincia castellano-manchega, a sus protagonistas principales, la riqueza de sus localidades, los ríos que se encajonan en hoces y los campos de mimbre que se tiñen de rojo en invierno.

Descubre Albalate de las Nogueras, una localidad situada a 42 km de Cuenca. La villa lleva años empeñada en convertirse en uno de los primeros pueblo-libro de España: una iniciativa europea que relanza zonas poco turísticas fomentando la pasión por los libros.

En la arquitectura de Albalate destaca su iglesia de la Asunción –un hermoso ejemplo románico-gótico– y su puente del Nogueral, cuyos dos ojos apuntados parecen invitarnos a pasear por la chopera que lo rodea.

También te sorprenderán sus bodegas, horadadas en cuevas. Aunque no son de acceso público, intenta visitarlas: no te arrepentirás.

Desvíate luego al oeste por la carretera que discurre paralela al río. En su margen verás las primeras mimbreras de la ruta hasta llegar a Villaconejos de Trabaque, la siguiente parada.

La cestería es parte y arte de su vida, y cualquiera de sus habitantes te contará no sólo cómo cultiva el mimbre, sino los secretos para darle forma y vuelo, algo que no te has de perder…

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