Uno de los puntos neurĆ”lgicos de la celebraciĆ³n del San Isidro madrileƱo sin duda son los jardines de Las Vistillas. Desde allĆ, cientos de madrileƱos disfrutan de las castizas verbenas de verano.
El resto del aƱo, Las Vistillas son un oasis de paz en medio del ajetreado centro de la capital. Conoce su historia y todos los secretos de este lugar que un dĆa pudo convertirse en el mismĆsimo Vaticano espaƱol.
UN LUGAR ESTRATĆGICO PARA MADRID
El nombre de Las Vistillas tiene un origen muy sencillo. Este parque madrileƱo se llama asĆ gracias a las impresionantes vistas de la capital que se pueden disfrutar desde este lugar. Desde este jardĆn se ve una panorĆ”mica espectacular de la Casa de Campo y el rĆo Manzanares.
La altura de la zona es una de las caracterĆsticas mĆ”s importantes de Las Vistillas. De hecho, el cercano viaducto de la calle BailĆ©n se construyĆ³ precisamente para salvar este gran desnivel.
En tiempos de la edad media, esto era una ventaja. Cuando Madrid tuvo que defenderse de la reconquista cristiana, este lugar se utilizĆ³ como frontera natural para evitar que el invasor entrara en la capital.
las vistillas eran la frontera natural del madrid de la edad media
Al estar tan cercana la BasĆlica de San Francisco el Grande, estos jardines eran conocidos en el siglo XVIII como Las Vistillas de San Francisco. De hecho, esta cercanĆa traerĆa grandes problemas en un futuro sobre la titularidad de los terrenos.
EL MINI-VATICANO MADRILEĆO
Muchos aƱos despuĆ©s de que Las Vistillas fueran la frontera de Madrid, el ayuntamiento y el arzobispado se pelearon por saber quiĆ©n eran los dueƱos de este lugar tan espectacular. Finalmente ganarĆa el Concejo de Madrid.
arzobispado y ayuntamiento se pelearon por la titularidad de las vistillas
Sin embargo, Madrid se los venderĆa en el siglo XVII a los duques del Infantado. Estos construyeron aquĆ su residencia que, con el tiempo, pasarĆa a manos de la Casa de Osuna. Este nuevo palacio de los duques mĆ”s famosos de Madrid le harĆa sombra al mismo Palacio Real.
El arzobispado seguirĆa empeƱado en conseguir la posesiĆ³n del lugar, hasta que a finales del XIX adquiere la finca de los duques de Osuna. En el aƱo 1900 demolerĆa su palacio para construir el actual Seminario.
El proyecto fue mucho mĆ”s allĆ” en aƱos venideros. Ya en el siglo XXI, en el aƱo 2009 el ayuntamiento les cederĆa parte del suelo que corresponderĆa a los jardines, que eran de titularidad pĆŗblica.
La iglesia tenĆa en mente construir en este lugar una āCiudad eclesiĆ”sticaā dentro de Madrid. En total serĆan 28.604 metros cuadrados dentro de los cuales entrarĆa un parque, un polideportivo, escuelas, aparcamientos y nuevas calles.
el ‘minivaticano’ madrileƱo tendrĆa 28.604 METROS CUADRADOS
A esto habĆa que sumarle la BasĆlica de San Francisco el Grande y la Catedral de la Almudena. El proyecto se bautizĆ³ como āel mini-Vaticanoā madrileƱo. Un juez tumbarĆa esta macroreodenaciĆ³n urbanĆstica en el 2010, truncando este sueƱo del Obispado de Madrid- AlcalĆ”.
ASĆ SON LOS PARTICULARES JARDINES DE LAS VISTILLAS
Los jardines de Las Vistillas estƔn divididos en dos partes bastante diferenciadas. La primera de ellas es conocida como el Parque de la Cornisa. La segunda de ellas son las mƔs cercanas al viaducto.
Esta Ćŗltima estĆ” divida en dos plataformas. Una de ellas es la plaza de Gabriel MirĆ³, construida en 1932 y diseƱada por el mismo diseƱador que los jardines del Sabatini del Palacio Real.
La segunda de ellas estĆ” mĆ”s alta. En su entrada podemos contemplar una de las estatuas mĆ”s castizas de Madrid: La Violetera. En ella se encuentra representada la artista Celia GĆ”mez, pero esta no fue su ubicaciĆ³n original.
La Violetera de Las Vistillas daba la bienvenida desde la calle de AlcalĆ” a todos aquellos que se acercaban a la Gran VĆa. De esta concurrida esquina pasĆ³ en 2003 a ser la reina indiscutible de Las Vistillas.
LA DESCONOCIDA DALIEDA DE SAN FRANCISCO
En la parte mĆ”s cercana a la BasĆlica de San Francisco el Grande se encuentra uno de los secretos mĆ”s desconocidos de Las Vistilla: el Parque de la Dalieda.
La BasĆlica de San Francisco no siempre fue asĆ. A su lado existĆa un convento que fue demolido con el tiempo. El desaparecido claustro del convento es lo que hoy es este parque que hoy estĆ” pared con pared con el templo.
En su interior se cultivan mƔs de 50 variedades de Dalias. En total, en este pequeƱo espacio, podemos contar mƔs de 700 plantas de estas vistosas y coloridas flores.
la dalieda de san francisco tiene mƔs de 700 plantas
Las Dalias se empezaron a popularizar en Madrid cuando llegaron las primeras semillas al Real JardĆn BotĆ”nico procedentes de MĆ©xico. Los colores llamativos y las grandes flores hacen que sea un lugar perfecto para visitarlo en esta Ć©poca.
CUANDO LA VIRGEN SE PASEABA POR LAS VISTILLAS
En el siglo XIX, un supuesto milagro ocurriĆ³ en Las Vistillas de Madrid. La protagonista: la mismĆsima Virgen MarĆa.
Un aldeano madrileƱo afirmaba en 1886 que cada noche veĆa pasear a la Virgen por estos jardines. Agarrados a sus brazos, San Pedro y San Juan la acompaƱaban en su paseo por Las Vistillas.
Este hombre decĆa que la imagen descendĆa de los cielos y que caminaba hacia el Campo del Moro. Noche tras noche. Tras estos tres personajes, el campesino afirmaba que corrĆa una comitiva celestial que les seguĆa.
La virgen descendĆa del cielo y se dirigĆa al campo del moro
Ante tal acontecimiento, los madrileƱos empezaron a acudir en masa al lugar esperando ver a la madre de Dios. Nunca nadie les volviĆ³ a ver.
LAS VERBENAS DE LAS VISTILLAS
Antes de que Las Vistillas fueran el epicentro de las verbenas madrileƱas, este parque albergaba otra actividad muy distinta.
Durante los aƱos 20, en estos jardines a los pies del Seminario, se montaba a diario un mercado al que acudĆan cientos de madrileƱos para comprar su producto estrella: los melones.
Con el tiempo, este acabĆ³ desapareciendo. El Ayuntamiento de Madrid serĆa el que destinarĆa este lugar a la celebraciĆ³n de las castizas verbenas que tanto echamos hoy de menos.
Cuando todo pase, seguro que volveremos a bailar y a disfrutar de la magia de las verbenas a los pies de la violetera. Mientras, tocarƔ recordar la historia de uno de los lugares desde contemplar los atardeceres mƔs impresionantes de Madrid: sus Vistillas.