En medio de las crecientes preocupaciones sobre las condiciones de las residencias de mayores en la Comunidad de Madrid, la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales ha salido al paso de las denuncias de trabajadores de la residencia Mirasierra, negando categóricamente la falta de material y asegurando que se ha iniciado un nuevo proceso de licitación con un aumento presupuestario significativo.
La consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, Ana Dávila, fue la encargada de abordar las acusaciones formuladas por los empleados del centro de mayores Mirasierra. Dávila afirmó que no hay constancia de la supuesta falta de material denunciada y que los técnicos de la Consejería, durante su última visita el pasado 20 de diciembre, no detectaron ninguna deficiencia de este tipo.
En particular, la queja de los trabajadores se centraba en la escasez de pañales, especialmente durante el turno de noche, obligando a los empleados a cortarlos para satisfacer las necesidades de varios usuarios. La consejera destacó que se seguirá evaluando la situación, aunque hasta el momento no se han encontrado pruebas que respalden las afirmaciones de los trabajadores.
Para contrarrestar cualquier posible carencia, Dávila informó que se ha lanzado un nuevo proceso de licitación para la residencia Mirasierra, con un incremento presupuestario del 23%. Este contrato, de gestión indirecta, se espera que se adjudique en las próximas semanas.
CONTRATO ADJUDICADO EN OTRA RESIDENCIA
Mientras se despejan las dudas sobre la situación en Mirasierra, la atención se centra en la reciente adjudicación del contrato para la gestión de la residencia para personas mayores de Peñuelas, ubicada en Arganzuela. El Consejo de Gobierno confirmó la adjudicación esta semana, con un aumento del 54% en la inversión.
Sin embargo, esta decisión no está exenta de controversia. La única empresa que se presentó a la licitación, Aralia, ha sido objeto de críticas en el pasado. Durante el año anterior, la empresa fue penalizada en tres ocasiones por errores en la administración de medicamentos, no comunicar la muerte de una usuaria que falleció por asfixia con las sujeciones de su cama, y por incumplimiento de contrato y ratios.
La atención a los mayores en la residencia Peñuelas gestionada por Aralia ha sido objeto de reproches por parte de los partidos de izquierdas en la Asamblea de Madrid, quienes denuncian la “indignidad” que sufren los mayores en dicho centro.
A medida que se desenredan las complejidades de las denuncias en Mirasierra y se arroja luz sobre la adjudicación de contratos en Peñuelas, la atención pública está centrada en la gestión y supervisión de las residencias de mayores en la Comunidad de Madrid. Mientras los funcionarios afirman no tener evidencia de irregularidades en Mirasierra, la controversia en torno a la adjudicación en Peñuelas plantea preguntas sobre los procesos de selección de empresas para la gestión de estos centros y la calidad de la atención que reciben nuestros mayores. La sociedad espera con interés el desarrollo de estos acontecimientos y las medidas que se tomarán para garantizar la adecuada atención a nuestros ciudadanos más vulnerables
