El Centro de Salud Abrantes, ubicado en el Distrito de Carabanchel, ha sido escenario de una protesta ciudadana sin precedentes. Desesperados por la falta de atención médica y la precaria situación en el centro de salud, un grupo de vecinos decidió atrincherarse durante tres días en la Gerencia de Atención Primaria del SERMAS (Servicio Madrileño de Salud). La acción tenía como objetivo exigir la contratación de médicos para los centros de salud, especialmente para el Centro de Salud Abrantes, que enfrenta una alarmante escasez de personal médico.
La protesta comenzó el miércoles 13 de diciembre después de una reunión entre una delegación de tres vecinas y vecinos del barrio de Abrantes y Carabanchel con responsables de la Gerencia de Atención Primaria. En la reunión, los vecinos expresaron su preocupación por «la grave situación de abandono que sufren las personas que dependemos del Centro de Salud Abrantes, que tiene ahora menos del 60% de médicos de familia que hace tres años». Ante la respuesta insatisfactoria de las autoridades, los vecinos decidieron atrincherarse en la Gerencia como un último recurso para llamar la atención sobre la crisis sanitaria que enfrenta su comunidad.
La falta de médicos en el Centro de Salud Abrantes ha llevado a una situación crítica donde los pacientes no pueden obtener citas hasta enero del próximo año. La escasez de personal médico ha dejado al centro de salud en una condición precaria, incapaz de gestionar la demanda de atención médica de cerca de 30.000 ciudadanos que dependen de él.
ENCIERRO Y MÉDICOS DESAFIANDO EL DESMANTELAMIENTO DE LA SANIDAD PÚBLICA
Los cuatro vecinos, Alvar, Jorge, Gerardo y Mari Carmen, se encerraron en la Gerencia de Atención Primaria en un acto de desesperación y determinación. Pasaron la noche en el edificio, sin permitir la entrada a nadie más, y llevaron a cabo una acción simbólica para denunciar la falta de recursos y la negligencia en la gestión de la sanidad pública.
«Queremos una solución. No nos vamos a ir de aquí hasta que no nos aseguren que van a cumplir con la ley y van a garantizar una sanidad de calidad. No nos queda otra. Nos jugamos nuestra salud», explicaron los vecinos en una conversación telefónica con Público. Durante las 24 horas de encierro, los vecinos dependieron de los pocos recursos que llevaron consigo, ya que las autoridades no permitieron que nadie más ingresara al edificio.
LLAMADO DE AUXILIO: SISTEMA SANITARIO EN RIESGO DE COLAPSO
La crisis en el Centro de Salud Abrantes es solo un reflejo de la situación más amplia que enfrenta la sanidad pública madrileña. El desmantelamiento llevado a cabo por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha llevado al límite a los vecinos y vecinas que dependen de estos servicios esenciales. Años de movilizaciones masivas, recogidas de firmas y acampadas frente a centros de salud agónicos han llevado a esta acción extrema de encierro.
«La sanidad pública madrileña no soporta más el desmantelamiento que está llevando a cabo el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y sus vecinos y vecinas tampoco», expresaron los vecinos y vecinas de los barrios y pueblos de Madrid en un comunicado. La falta de médicos, las supresiones de servicios y las condiciones laborales precarias han llevado a una situación insostenible, donde los ciudadanos se ven obligados a tomar medidas extraordinarias para llamar la atención sobre la crisis que enfrentan.
SALIDA DEL ENCIERRO: COMPROMISO POR UNA SANIDAD DE CALIDAD
Después de tres días de encierro, los vecinos decidieron poner fin a la acción el viernes 15 de diciembre. Según explicaron en las redes sociales de la Asamblea Popular de Carabanchel, las obligaciones laborales y familiares les impidieron continuar con el encierro. No obstante, afirmaron que el objetivo de difusión de su lucha se ha cumplido y reafirmaron su voluntad de continuar la reivindicación a través de más acciones.
La crisis en el Centro de Salud Abrantes destaca la urgencia de abordar los problemas sistémicos en el sistema de salud pública madrileño. Mientras los vecinos y vecinas exigen respuestas y soluciones concretas, el Gobierno regional enfrenta la creciente presión para tomar medidas que garanticen una atención médica de calidad y accesible para todos. La lucha por una sanidad pública sólida y eficiente continúa, y la voz de los ciudadanos resuena más fuerte que nunca en la búsqueda de un cambio significativo en el sistema de salud.
