Uno de los tesoros más desconocidos de Madrid se esconde tras las paredes de un edificio de la calle del Marqués del Riscal, muy cerca del Paseo de la Castellana. Este es el llamado Beti-Jai.
Con este curioso nombre, quizás muchos no lo recuerden. El Beti-Jai fue uno de los frontones de pelota vasca más famosos de Madrid que lleva esperando volver a ser descubierto desde el año 1919.
Descubrimos su historia y, además, el nuevo proyecto del Ayuntamiento de Madrid que le devolverá la vida al abandonado y olvidado Beti-Jai.
Los otros frontones de Madrid
Beti-Jai significa ‘siempre fiesta’ en euskera. Sin embargo, antes de este frontón, ya había varios repartidos por toda la ciudad de Madrid.
La capital es la casa de todos y la impronta de los inmigrantes que vienen a vivir aquí procedentes de las otras comunidades queda patente a cada paso que das.
La pelota vasca fue todo un éxito en Madrid. En aquel tiempo, lo famoso eran las peleas de gallos, pero enseguida este deporte fue capaz de desplazarlas por completo.
En la calle Alfonso XII se encontraba en frontón ‘Jai Alai’ (“alegre fiesta” en euskera). Este se inauguró en 1891 y estuvo en activo durante gran parte del siglo XX. Tenía una capacidad de 2000 personas.
El edificio contaba con un restaurante, una cafetería, puestos de agua y más dependencias en su interior. Hacia 1895 se le instaló una cubierta metálica para los días de mal tiempo.
El frontón ‘Fiesta Alegre’ se inauguró un año después, en 1892. Estaba ubicado en la esquina que forman las calles del Marqués de Urquijo y de Mendizábal. Su fachada era de estilo neoclásico.
El Frontón Central era otro situado justo en el centro de Madrid, en la plaza del Carmen, muy cerca de la Puerta del Sol. Pocos años después se convertiría en Teatro.
También habría otros más modernos pertenecientes a los años 20. El Nuevo Frontón Jai Alai (que sería la primera sede del Real Madrid de baloncesto); el Frontón de Madrid, en la calle del Doctor Cortezo y el Frontón de Recoletos. Todos ellos fueron demolidos.
El Beti-Jai, un lugar multiusos
Un par de arquitectos decidieron que, ante la gran fama que había cogido la Pelota Vasca en Madrid, sería una gran idea construir un frontón a imagen y semejanza de uno que había en San Sebastián.
Las obras terminarían a mediados de 1894. El 29 de abril sería el día de su inauguración, la cual duraría tres días consecutivos con tres grandes partidos de pelota vasca.
A partir de aquí, se convertiría en uno de los lugares más frecuentados de Madrid. Aquí se acercaban todos los madrileños a disfrutar del deporte rey de la época.
A pesar del gran éxito, el Beti-Jai no solo se utilizaba como frontón de Pelota Vasca. Era mucho más. Era todo un espacio polivalente que albergaba espectáculos de lo más variopintos.
Por allí se hacían combates y exhibiciones de esgrima. También llegó a actuar sobre su arena el Orfeón Pamplonés en presencia de los entonces reyes de España.
Concursos hípicos también se celebraron en este peculiar estadio. Hasta fue utilizado por el ingeniero y científico Torres Quevedo para realizar ensayos aeronáuticos.
Una escuela militar, mítines y manifestaciones políticas... hasta una asamblea de alcoholeros se celebró entre los muros del Beti-Jai. Cualquier evento multitudinario tenía cabida en este curioso lugar.
El ocaso del gran frontón de Madrid
El deporte vasco por excelencia fue perdiendo popularidad entre los madrileños y, con ello, los frontones de la capital fueron cayendo en el olvido. El último partido que se jugó en el Beti-Jai fue en 1919.
Sin embargo, la actividad no cesó en este lugar. Siguió albergando establecimientos de lo más variopintos, aunque ya de carácter más privado.
Durante la Guerra Civil, el Beti-Jai se convirtió en comisaría. Tras perder la contienda el bando republicano, el frontón se transforma en el lugar de ensayo de la banda de cornetas de la Falange Española.
A mediados del siglo XX, una famosa marca de coches lo compró y lo convirtió en un concesionario. Allí los madrileños acudían a reparar sus coches, donde antes iban a pasar sus días libres.
Almacén de cerveza, plató de cine, vivienda a modo corrala… miles de usos que fueron debilitando la estructura, haciendo del Beti-Jai un lugar totalmente olvidado.
La segunda oportunidad para el Beti-Jai
En los años 60, Madrid se comienza a dar cuenta del mal estado en el que se encuentran ciertos edificios históricos como este frontón. No fue hasta el 2008-2009 cuando surge la plataforma ‘Salvémos el Beti-Jai de Madrid’.
Finalmente el 2010 el Ayuntamiento de Madrid toma partido y decide expropiar el Beti-Jai para convertirlo así en un bien municipal que pertenece a todos los madrileños.
Gracias ‘Pasea Madrid’, el consistorio le devuelve la vida a este frontón que tanto tiempo lleva sin recibir público. El Ayuntamiento presentó un programa de recorridos gratuitos que permitirá volver abrir las puertas del Beti-Jai a los madrileños.
Quién sabe si veremos de nuevo Pelota Vasca en el frontón más famoso de Madrid. Lo que sí damos por seguro es que la alegría recorrerá el Beti-Jai, que tanto tiempo lleva esperando pacientemente a que los madrileños vuelvan a disfrutar de él.
