Madrid realizará “proyectos de mejora de la calidad educativa” para compensar la ‘Ley Celaá’

La Comunidad de Madrid va a llevar a cabo “proyectos de mejora de la calidad educativa en los que se premie el esfuerzo, para compensar el retroceso que plantea la LOMLOE“.

El consejero ha advertido de que la reforma de la ley educativa, la LOMLOE, también conocida como ‘Ley Celaá’, pretende “dinamitar la cultura del esfuerzo en el alumnado y la calidad de la enseñanza”, ya que introduce la “repetición máxima en dos ocasiones en toda la educación obligatoria y que los alumnos de Secundaria puedan pasar de curso sin límite de suspensos, titular Bachillerato con suspensos, suprimir asignaturas troncales y que todos los alumnos tengan títulos que desgraciadamente no valdrán nada”.

Además, ha destacado que la futura ley estatal va contra la libertad de elección de los padres a elegir la educación de sus hijos, recogida en el artículo 27 de la Constitución, y “quiere romper el distrito único que, además, evita la segregación porque el alumno de cualquier barrio puede acceder y solicitar plaza donde considere oportuno”.

Ossorio ha señalado que se pretende con ella marginar a la concertada “como red subsidiaria y no complementaria de la pública, eliminando el concepto de la demanda social, la cesión de terrenos y la educación diferenciada”.

En este sentido, ha dicho que el 56% de las familias escogen educación pública, el 29% educación concertada y el 15% restante, educación privada. Esto se traduce en que, en la Comunidad de Madrid, el 94% de los padres consiguen la primera opción de centro para sus hijos.

Con respecto a la educación especial, el consejero ha lamentado que la ley estatal pretende “acabar con los centros de Educación especial convirtiéndolos en centros de apoyo y referencia de los colegios ordinarios, en un plazo de 10 años”, en contraposición con la Comunidad de Madrid, que trabaja desde hace meses en la elaboración de una ley para garantizar la Educación especial.

Además, ha criticado que la ley promueva “la existencia de 17 sistemas educativos diferentes”, y “arrebatar al español la categoría de lengua oficial del Estado y vehicular, para arrinconarlo en determinados territorios”. Sin embargo, ha recordado que la Comunidad de Madrid tiene “muchos proyectos de futuro”, destacando la “mejora” de la ley educativa madrileña para “hacer de contrapeso a la ‘Ley Celaá”.

A juicio de Ossorio, el Gobierno español está cometiendo “muchos despropósitos” que “escandalizan”, como es, tal y como ha mencionado, el acercamiento de los presos de ETA o la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). “Pero si pudiera borrar una de ellas, borraría la LOMCE”, ha reconocido.

INCIDENCIA DE COVID-19 EN DESCENSO

Respecto al inicio del presente curso escolar en la Comunidad de Madrid, marcado por la actual situación sanitaria, Ossorio ha destacado que, debido a las circunstancias provocadas por el Covid-19, en las primeras semanas creció el número de contagios y de alumnos en cuarentena, pero en unos porcentajes mínimos sobre el total. Luego se estancaron y las últimas semanas están en descenso, con 25.000 alumnos y 1.200 aulas en cuarentena. Además, la región no cuenta actualmente con ningún centro cerrado, lo cual supone un “éxito”, según Ossorio.

Por ello, ha reconocido y agradecido, una vez más, la labor especial de los docentes y equipos directivos de los centros educativos, y de los coordinadores Covid, por la labor realizada durante este inicio de curso, “el más difícil de la Historia”.

En cualquier caso, el consejero de Educación y Juventud ha resaltado que la pandemia ha acelerado el proceso de transformación digital en el sistema educativo, donde se ha avanzado “años”.

“Desde la administración educativa somos muy conscientes de que la pandemia ha generado la posibilidad de digitalizar y personalizar la educación de nuestros alumnos, permitiendo que cada uno pueda aprender a su ritmo, obteniendo lo mejor de cada individuo”, ha dicho, por lo que ha resaltado que una de las preocupaciones de la región sigue siendo reducir al máximo las carencias tecnológicas que sufren miles familias y alumnos.