Así se celebra el Año Nuevo en Madrid: tradiciones, fiestas y propósitos

La Puerta del Sol se convierte cada año en el epicentro de la Nochevieja para todo el país. Miles personas, procedentes de todos los rincones del mundo, abarrotan cada 31 de diciembre la plaza, para recibir el nuevo año y comer las uvas de la suerte al son de las doce campanadas que marca el reloj de la Real Casa de Correos.

Existen diferentes teorías sobre el origen de esta tradición de comer doce uvas, pero la más arraigada sitúa el inicio de esta costumbre en 1909. Entonces los viticultores levantinos tuvieron tal excedente de esta fruta que decidieron repartirla gratuitamente entre los ciudadanos, aludiendo que comerlas en Nochevieja, les traería fortuna. Un siglo después, queda claro el éxito de esta campaña, ya que en toda España se comen doce uvas que simbolizan la suerte para los doce meses del año, sol de del reloj de la Puerta del Sol.

Su movimiento y sonido para marcar las 12 de la noche del 31 de diciembre es toda una liturgia televisada. Cuando faltan segundos para la medianoche la bola, situada en la parte superior de la torre, baja acompañada de sonido de carillón. Poco después suenan los cuatro cuartos, que anticipan las doce campanadas, separadas entre sí de un intervalo prudencial para evitar posibles atragantamientos con las uvas.

Al finalizar este tradicional ritual, pasar las doce de la noche y ver el primer anuncio del año en televisión, que también se ha convertido en toda una tradición se puede decir que da comienzo el nuevo año. Los españoles y en concreto de los madrileños, despiden el año o dan la bienvenida al año nuevo con una fiesta por todo lo alto. Bien con familiares, con amigos, en alguna vivienda o en algunos de los múltiples establecimientos de la capital que ofrecen fiestas especiales para esa noche.

FIESTA, TRADICIÓN Y PROPÓSITOS PARA 2022

A pesar de las circunstancias, la Comunidad de Madrid ha celebrado sus cinco macrofiestas que solicitaron autorización y los establecimientos de ocio nocturno han podido abrir sin ningún tipo de restricción, como sí ha ocurrido en otras comunidades. El ocio nocturno madrileño simplemente ha tenido que cumplir el límite de aforo establecido, que los usuarios respeten la distancia interpersonal de seguridad y el uso obligatorio de mascarillas en interiores.

Después de la fiesta, no hay nada como un buen desayuno para afrontar mejor la resaca y el comienzo de 2022. Las churrerías, pastelerías y cafeterías madrileñas, lucen abarrotadas desde primera hora de la mañana para degustar los tradicionales churros, los roscones de reyes o cualquier dulce que asiente y alegre el cuerpo tras una noche cargada de emociones.

Ya solo queda, pasar el resto del día al calor del hogar, la familia y los amigos, que también suelen reunirse el 1 de enero para comer y dar comienzo a un año nuevo cargado de propósitos que tendrán, nada más y nada menos que 365 días para ser cumplidos.