Así trabajan los jóvenes agricultores y ganaderos madrileños

El Consejero de Educación y portavoz del Gobierno, Enrique Osssorio, confirmó hace una semana que la Comunidad de Madrid destinará hasta 3,2 millones de euros para apoyar a los jóvenes agricultores y ganaderos de la región hasta 2023.

Esta línea de ayudas aprobada por el Consejo de Gobierno ha incrementado 400.000 euros con respecto a la última convocatoria para facilitar su incorporación al campo madrileño y en consonancia con el Plan Terra de apoyo al sector primario.

Este plan de apoyo, pionero en la región, se articula en torno a cinco grandes líneas de actuación. Una iniciativa que simplifica la normativa que afecta al sector, mejora la competitividad y comercialización de los productos agrícolas de proximidad y favorece el relevo generacional, a la vez que se implantan sistemas de producción más sostenibles.

Este fue el caso de Enrique Román, un joven madrileño que tras el fallecimiento de su padre tuvo que hacerse cargo de las tierras que él llevaba. A sus 22 años, se ocupa de aproximadamente 53 hectáreas donde cultiva vid, olivares y cereales al sureste de la Comunidad de Madrid, concretamente en Chinchón. “En mi caso, solicité estas ayudas cuando comencé mi labor como agricultor, y las volveré a pedir cuando necesite renovar la maquinaria”. Cuando se le pregunta por cuánto son de necesarias estas ayudas en el sector, lo tiene claro, “son fundamentales, porque la maquinaria que se usa es muy cara y son necesarios muchos años de trabajo para poder rentabilizarlas”.

“son fundamentales, la maquinaria que se usa es muy cara y son necesarios muchos años de trabajo para poder rentabilizarlas”.

Una de las finalidades de estas ayudas, en línea con el Plan Terra, es revitalizar la población activa en el mundo rural fomentando, así, el relevo generacional y, al mismo tiempo, potenciando una mayor competitividad y dinamización del sector. Por ello, la orden incluye como beneficiarios a todas aquellas personas jóvenes de entre 18 y 40 años que quieran iniciarse o trabajen en el campo.

PRIMERA VEZ EN EL CAMPO MADRILEÑO

En esta nueva convocatoria, estas ayudas las podrán solicitar los jóvenes agricultores y ganaderos que se instalen por primera vez en el campo madrileño y quieran poner en marcha nuevos proyecto, así como los que ya están activos en la región y quieran mejorar y modernizar sus instalaciones.

En ese sentido, podrán subvencionar la construcción y mejora de bienes e inmuebles, la compra de nueva maquinaria y equipos o la adquisición o desarrollo de programas informáticos y adquisición de licencias, derechos de autor o marcas registradas, entre otros.

Vanesa González, comenzó su andadura como ganadera hace un año y también lo hizo por tradición familiar. “Pedí la subvención como nueva explotación de joven ganadera y para la construcción de una nave, pero por falta de presupuesto sólo me aprobaron la primera”. Entonces, con 40 años, entraba dentro del tramo de joven ganadera y pudo llevar a cabo el proyecto aún a día de hoy le mantiene ilusionada: una ganadería de raza avileña pura, para la venta de su carne para alimentación.

Sus instalaciones principales se encuentran al norte de la región, concretamente en Moralzarzal, y cuenta con aproximadamente 80 hectáreas repartidas en fincas entre Manzanares el Real y el Boalo, donde descansa el ganado.

LA IMPORTACIA DE NUEVAS GENERACIONES

Dentro de esta línea estratégica, el Plan Terra desarrollado por el Gobierno de la Comunidad de Madrid también impulsará el asesoramiento integral al agricultor y al ganadero, especialmente sobre el traspaso de negocios, para ofrecer apoyo a los emprendedores agrarios durante todas las fases de su proyecto.

Asimismo, se aplicarán medidas para asesorar a los titulares de las explotaciones próximos a la jubilación, especialmente a aquellos que no tienen relevo familiar, y en lo que se refiere a la formación.

Este no es el caso de la Ganadería Quintas, ubicada en Colmenar de Arroyo, al sureste Madrid. Marta, es la cuarta generación de una familia de ganaderos y lleva trabajando de forma indirecta en el campo toda su vida. Hasta que hace dos años, tras terminar sus estudios y volver del extranjero forma parte de su día a día.

La familia Quintas cuenta nada más y nada menos que con 1.500 hectáreas donde tienen 1.100 cabezas de ganado bravo, y a diarios les preparan y cuidan para proporcionarles la mejor vida hasta que llega el momento de la lidia en la plaza. “Creo que no hay demasiados jóvenes que se dediquen a esto por su poca rentabilidad y lo duro y sacrificado que es mantenerlo”, relata Marta.

Así trabajan los jóvenes agricultores y ganaderos madrileños Quintas

Es por esto, que el ejecutivo regional como incentivo para atraer a más gente joven al campo madrileño, incrementó el año pasado las primas de estas ayudas para los nuevos ganaderos, de 13.000 a 22.600 euros. A pesar de su juventud, 26 años, Marta conoce muy bien el negocio, “la rentabilidad es muy baja debido a su alto coste y las ayudas de este tipo nos motiva a querer seguir manteniendo el negocio y la especie”.

En el caso de nuevos agricultores, Enrique Román, las considera indispensables, “sin ellas los agricultores jóvenes no podrían empezar”. En este sentido, el año pasado pasaron exactamente de recibir 10.000 a 17.400 euros.