Bal rechaza un “cordón sanitario a Vox” pero sus votos nunca harán que entre en el Gobierno

El candidato de Ciudadanos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Edmundo Bal, ha rechazado hacer un “cordón sanitario” a Vox, pero ha aseverado que los votos ‘naranjas’ nunca servirán para que ese partido y su cabeza de lista, Rocío Monasterio, entre en el Gobierno regional.

“Yo he dicho por activa y por pasiva que con mi voto Vox no va a decidir la política de Madrid. No va a condicionar la vida de los madrileños. No va a gobernar un partido antieruopeo, que defiende el ‘pin parental’, que niega el cambio climático y que solo defiende un modelo de familia”, ha expuesto el candidato en una entrevista en ‘La Sexta’, recogida por Europa Press, en la que ha defendido que su partido se sienta “a hablar con ellos”, pero que “una cosa es hablar y otra llegar a acuerdos”.

Bal ha defendido que la “democracia es más importante” que establecer un cordón sanitario a Vox, como ha instado en la misma cadena unos minutos antes su homólogo socialista, Ángel Gabilondo.

“Me parece que la esencia de la democracia es hablar con quien opina diferente, porque cuando se pierde la palabra, se entra en una deriva peligrosa”, ha explicado. Entiende que cuando se ponen cordones “se acaba el diálogo y las posibilidades de acuerdo”, lo que ha identificado como una actitud contraria al espíritu de la Transición y de la Constitución de 1978.

Por otra parte, al ser preguntado por su calificaría a Vox de “ultraderecha” ha dicho que no le gusta “decir ultra ni exagerar y usar ampulosidad en el lenguaje”, ya que eso implica “aumentar la crispación”. Ante esta pregunta ha indicado, además, que en un lado del espectro político español está Podemos y en el otro Vox, aunque ha indicado que no le parece “lo mismo”.

Además, ha defendido que en su papel como diputado en el Congreso ha hablado con todas las fuerzas, incluso Bildu, y lo ha ejemplificado en la declaración institucional en apoyo a las personas que padecen alguna enfermedad mental tras la polémica causada cuando un diputado del PP instó al portavoz de Más País, Íñigo Errejón, a irse al médico tras tratar en una intervención la problemática de la salud mental.